Editorial

Editorial

Ciencia, Tecnología y Política

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 2618-2483

Periodicidad: Semestral

vol. 3, núm. 5, 2020

revista.ctyp@presi.unlp.edu.ar



EDITORIAL

Presentamos este quinto número de Ciencia, Tecnología y Política (CTyP) en un complejo momento, tanto por la evolución de la pandemia, como por la grave crisis económica y social, que impactan en nuestro país y todo el planeta. Las expectativas por la aparición de una o varias vacunas permean sin duda la forma en que se va a desenvolver el futuro. En nuestro número anterior alertamos sobre el hecho de que los posibles desarrollos científicos en medicamentos y vacunas, corrían el riesgo de que no fueran compartidos libremente con el resto del mundo y, por el contrario, dieran lugar a patentes y ganancias para los monopolios farmacéuticos y las agencias de los países centrales. Lamentablemente, parecería que no nos equivocamos. Quienes pensaban que podría lograrse un compromiso global para asegurar el acceso a las vacunas en condiciones de equidad están viendo frustradas sus expectativas. Según la ONG Oxfam1, un pequeño grupo de países, entre los que se encuentran Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea, Suiza, Israel, Japón y Australia, y que representa el 13% por ciento de la población mundial, ya se garantizó, con la firma de contratos, el 50% de la entrega adelantada de las vacunas que saldrán al mercado. El consorcio entre AstraZeneca y la Universidad de Oxford ha firmado, hasta hoy, el mayor porcentaje de contratos públicos. Sanofi, Pfizer, Johnson & Johnson, la norteamericana Moderna, el laboratorio chino Sinovac y el instituto ruso Gamaleïa por su parte, ya vendieron, por anticipado, también varios millones de dosis. Pero, según Oxfam, estas empresas no tienen la capacidad de producir suficientes vacunas para suministrarle a toda la población mundial. En el hipotético caso de que todas las vacunas que pasaron la fase 3 tengan éxito, se podrían fabricar vacunas para unos tres mil millones de seres humanos. Es decir que la mayoría de la población mundial no tendrán una vacuna hasta el año 2022. Por otro lado, algunos de los laboratorios involucrados ya fijaron precios distintos para su vacuna: uno para el país donde se referencian y otro, varias veces mayor, para el resto del mundo. Como vemos, una vez más el poder de las corporaciones farmacéuticas y las naciones ricas prioriza sus ganancias dejando a la mayoría de la población mundial en una espera incierta.

En este marco, se hace imprescindible que estos desarrollos en vacunas se conviertan en un bien público global sin que medien patentes y el lucro, como lo propone Covax (Covid-19 Vaccine Global Access) 2, que busca garantizar la vacuna para los países más pobres. Esta iniciativa que agrupa a 172 países, que representan a más del 60% de la población mundial, tiene, sin embargo, fuertes opositores. Covax se propone brindar acceso a 2.000 millones de dosis de vacunas aprobadas para fines de 2021. En este sentido, nuestro país ha tenido una política acertada ya que, por un lado, junto a otras naciones de América Latina y Australia reclamó en las Naciones Unidas un acceso libre a las vacunas. Por otro lado, ha establecido convenios con los laboratorios más avanzados para producirla. Sin embargo, esa posibilidad parece tener un alto precio en términos de soberanía. Recientemente, la cámara de diputados aprobó un proyecto de ley (Expediente 5072-D-2020), declarando de interés público a la investigación, desarrollo, fabricación y adquisición de las vacunas destinadas a generar inmunidad adquirida contra la Covid-19, en el marco de la Emergencia Sanitaria. El proyecto de ley faculta al Ministerio de Salud a incluir en los contratos que celebre para la adquisición de vacunas, cláusulas que establezcan que las diferencias o litigios por las compras de las mismas que efectúe dicho Ministerio quedarán sujetas a tribunales extranjeros. También incorpora cláusulas que protegen a los productores de eventuales demandas por eventos adversos relacionados con el acceso y la provisión de las vacunas. Asimismo, permite establecer acuerdos de confidencialidad acordes al mercado internacional, con el objeto de mantener el secreto industrial y eventuales patentes, de modo de evitar la producción de genéricos. Es decir, a nuestro modo de ver se trata, ni más ni menos, de las condiciones que los productores de vacunas imponen como dueños del mercado mundial, a los gobiernos de los países menos poderosos para que estos puedan tener acceso a este bien social.

Creemos que en esta encrucijada civilizatoria la vida de cientos de millones de personas depende de la solidaridad entre los pueblos y de poder incidir eficazmente para que la ciencia no funcione como un negocio. En ese camino, un grupo de integrantes del sector científico, tecnológico y universitario nacional hemos creado, a mediados de junio de 2020, la Red PLACTS, de Pensamiento Latinoamericano en Ciencia Tecnología y Sociedad. La conformamos aspirando a impulsar una ciencia y una tecnología puesta y dispuesta a resolver las necesidades y problemas de nuestra sociedad, para un proyecto nacional, popular, igualitario, democrático, soberano, solidario, con perspectiva feminista y desde una mirada federal. Se trata de un espacio que articula a quienes compartimos la idea de actuar hoy recuperando en proyectos y acciones concretas los aportes de lo que fue históricamente el PLACTED (Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología, Desarrollo y Dependencia). Con el mismo espíritu lanzamos, a mediados de agosto, la Biblioteca PLACTED, de acceso libre y colaborativa. Se trata de una iniciativa que pone a disposición de los lectores un acervo bibliográfico con cerca de 200 títulos de autores del PLACTED3.

Por otro lado, CTyP ha seguido creciendo y en medio de la pandemia alcanzamos la cifra de 17000 lectores, con un importante impacto además de Argentina, en otros países de América Latina. Además, hemos incorporado CTyP al Directorio de Revistas de Acceso Abierto (DOAJ), una lista curada por la comunidad cuyo objetivo es ser el punto de partida para todas las búsquedas de información de material de calidad, en acceso abierto, en todas las áreas del conocimiento. De esta forma, esperamos aumentar la visibilidad de la revista en nuevos públicos de todo el mundo.

En este nuevo número de CTyP presentamos una entrevista realizada a Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo de Acción sobre Erosión, Tecnología y Concentración que nos describe cómo las cadenas de suministro mundiales basadas en la intensificación de la explotación de la naturaleza con métodos industriales y tecnocientíficos, están directamente relacionadas con el surgimiento de la pandemia.

Enrique Martínez, integrante del Consejo Académico de nuestra revista, cuestiona el uso del término “economía popular” y propone en su lugar el concepto de “producción popular” para ampliar su alcance social y su valor como instrumento transformador, discutiendo el posible aporte del complejo nacional de ciencia y tecnología a su desarrollo.

Susana Ortale nos presenta la problemática de poder lograr, en América Latina y particularmente en Argentina, el Objetivo de Desarrollo Sostenible Hambre Cero, propuesto por la Asamblea General de la ONU para el año 2030, región donde es el acceso a los alimentos y no la disponibilidad, el problema fundamental a resolver.

Patricio Vértiz, por su parte, se pregunta “qué es el campo” en Argentina, donde más del 50% de la superficie utilizada para actividades agropecuarias está en manos de sólo el 2,5% de las explotaciones que se dedican a esta actividad y presenta una serie de propuestas que incluyen el rol de la ciencia y la tecnología para un posible nuevo modelo del complejo agroalimentario argentino.

Bruno de Alto nos propone el mecanismo de las compras públicas de tecnología como una estrategia válida, acertada y útil del Estado para el desarrollo nacional, y para la promoción de la innovación, discutiendo la necesidad de establecer normativas específicas para implementarlas y mostrando algunos ejemplos que se están desarrollando durante su actual función como Director General Ambiental de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo.

Sandra Murriello pone de manifiesto que la pandemia ha mostrado que la comunicación pública de la ciencia y la tecnología en Argentina no tiene la capacidad de dar respuesta a las demandas de la comunidad que la sostiene y reflexiona sobre esta situación a luz de las prácticas habituales de comunicación instaladas en la comunidad científica.

Jorge Sabato es sin dudas una de las figuras clave del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología, Desarrollo y Dependencia y un actor relevante en la búsqueda de la autonomía tecnológica nacional. Manuel Marí y Oscar Galante nos muestran cómo su experiencia en la industria metalúrgica le permitió crear la base para los principales desarrollos autónomos del país en tecnología nuclear y destacan sus trabajos en prospectiva, sobre el concepto de innovación y sobre la difundida figura del llamado “Triángulo de Sabato”.

En la sección dedicada a la producción de participantes de cursos que dicta nuestra Cátedra Libre, presentamos un artículo escrito por María Eugenia Cano, Ailen Chuchuy y Carolina Unzurrunzaga, donde se analiza la valoración que se realiza de la producción científica y tecnológica de postulantes a ingresar a la Carrera de Investigador Científico del CONICET de Argentina y presentan una serie de propuestas que pueden contribuir a descentrar el lugar del paper como factor central en la evaluación.

Para la sección Fragmentos, seleccionamos escritos de Oscar Varsavsky, otra de las figuras relevantes del Pensamiento Latinoamericano en Ciencia Tecnología Desarrollo y Dependencia, extraídos de dos de sus obras más representativas y de un polémico artículo. Cerramos este número con varios libros en la sección Recomendados, y en la sección Clásicos, además de la Biblioteca PLACTED, un rescate de la revista Ciencia Nueva (1970-1974), con la que nos sentimos identificados.

Como siempre va nuestro agradecimiento a quienes colaboraron en este nuevo número de la revista, y, muy especialmente a la Universidad Nacional de La Plata y a la Asociación de Docentes e Investigadores Universitarios de Córdoba -ADIUC-, que nos brindaron los fondos y el apoyo para hacer posible su edición. También va nuestro agradecimiento a la Coordinación General de Revistas de la UNLP, que realiza el marcado XML de los artículos para su incorporación al Portal de AmeliCA y nos ayudó para la inclusión en DOAJ, así como también al Portal de Revistas de la UNLP, que sostiene la plataforma informática sobre la que trabajamos diariamente.

Notas

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