Editorial

Editorial

Ciencia, Tecnología y Política

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 2618-2483

Periodicidad: Semestral

vol. 4, núm. 7, 2021

revista.ctyp@presi.unlp.edu.ar



La pandemia de COVID-19 parece haber pasado su peor momento y, lejos de abrirse la posibilidad de un replanteo de la dirección en la que va el mundo, las cosas han empeorado. Hay más desigualdad, más injusticia, mayor enriquecimiento de los más ricos y un mayor empobrecimiento de los más pobres y nada ha cambiado en el mundo respecto a las ideas imperantes antes de la pandemia. La globalización neoliberal se sigue derechizando con una agenda que amenaza las democracias, el futuro del planeta y las conquistas sociales, conseguidas en luchas que le costaron a la humanidad un largo y difícil camino.

Dejando al descubierto la hipocresía e inconsistencia que separa los discursos de los hechos, los dirigentes de los principales países donde están las empresas que más contaminan el medio ambiente, se reúnen en el G20 y en la Conferencia sobre Cambio Climático (COP26) y nos hablan del deterioro ecológico, las inestabilidades políticas y económicas y las amenazas a la paz mundial. Firman acuerdos formales para actuar sobre estas amenazas, pero dejan en una nebulosa las acciones y metas concretas para lograr los objetivos planteados.

Los países más desarrollados son responsables de casi el 80% del calentamiento global y la mitad de las riquezas mundiales está en manos de las grandes trasnacionales de origen norteamericano que ahora se proponen nuevos negocios con la transición energética. Aprovechando las oportunidades que brinda el discurso contra el cambio climático, pintan de verde productos y prácticas pero sin transformar las lógicas de acumulación que nos han llevado a la presente situación. Escondido detrás de este disfraz, supuestamente compatible con la lucha contra el calentamiento global, bancos, fondos financieros y organizaciones internacionales ofrecen una presunta ayuda a los países de menores ingresos, que los empuja a un mayor endeudamiento de sus economías para mitigar el cambio climático, incluso con préstamos que son mucho más caros que los que se otorgan a los países más ricos. Así el contexto asimétrico en que quedan atrapados los países periféricos, que necesitan energía barata para que sus economías crezcan y su población se alimente, es aprovechado por corporaciones y entidades financieras para obtener ganancias y rentas extraordinarias.

La agenda del capitalismo global, para los países de bajo y mediano desarrollo, expresada en el G20, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, sigue proponiendo mayor endeudamiento y la apertura total de las economías a las importaciones, a las inversiones extranjeras y a los negocios financieros. Las operaciones del FMI, como siempre ocurrió desde su creación, aseguran el control de los Estados Unidos sobre los países en desarrollo.

Pero, por otro lado, hay claros indicios que estarían indicando que la arquitectura financiera, económica y política surgida después de la Segunda Guerra Mundial está en crisis. Un nuevo ordenamiento geopolítico caracterizado por el retroceso norteamericano, el ascenso de China y Rusia y la declinación de Europa parece estar reconfigurando el escenario mundial. La dislocación de las cadenas de abastecimiento global, el proteccionismo creciente, el endeudamiento de las economías de la mayoría de los países, la inflación y las tensiones geopolíticas son algunos de los problemas que proyectan un escenario de alta inestabilidad difícil de predecir.

Esta compleja situación mundial brinda una oportunidad para que los países periféricos articulen alianzas geopolíticas que les permitan proteger sus economías nacionales y cambiar su matriz productiva. Transitar ese camino permitiría avanzar hacia un crecimiento económico integrado e inclusivo, que podría empezar a producir un verdadero cambio que tenga en cuenta la preservación de la vida, los recursos naturales y el cuidado del planeta.

Como indican diversos autores, este contexto permite enfrentar el endeudamiento de los países en desarrollo con una perspectiva diferente. No solo las deudas contraídas son en muchos casos ilegítimas, insostenibles e impagables, sino que aunque el verdadero negocio sea el endeudamiento continuo, esta situación pone en riesgo al conjunto del sistema financiero internacional. Se estima que ya hay entre 40 y 100 países que no pueden pagar el servicio de las deudas contraídas y no hay en el mundo recursos que permitan hacer frente a un default masivo. ¿Qué pasaría entonces si un país, como por ejemplo Argentina, decidiera no pagarle al FMI y eso disparara un fenómeno en cascada?

En este sentido, en las negociaciones con el FMI para resolver la cuestión de la brutal deuda contraída por el gobierno de Mauricio Macri, no debería aceptarse ningún acuerdo que implique condicionar nuestra soberanía, o producir mayor sufrimiento y pobreza de nuestro pueblo. No se debe perder de vista su carácter usurario e ilegítimo, por lo que debería ser investigada a fondo y sancionados quienes fueron responsables de haberla contraído.

Lo que está en juego hoy en Argentina son dos modelos de país. Por un lado, la vuelta a un neoliberalismo recargado, que más allá de los discursos, lo que ofrece es un país para una minoría. Con menos derechos y mayor desigualdad. Donde la salud y la educación sean para quienes las puedan pagar. Sometido a los dictados de los intereses financieros internacionales. En este modelo, ya lo hemos probado, la ciencia y la tecnología no son necesarias y seguramente una ley como la de Financiamiento de la Ciencia y la Tecnología que prevé alcanzar el 1% del PBI al final de esta década, no se va a cumplir, o peor aún, como ya ha ocurrido, puede ser anulada por un decreto presidencial. Por ello es oportuno recordar la respuesta del ex ministro de CyT y actual presidente de Y-Tec Roberto Salvarezza, en la entrevista que le realizamos en el número anterior de CTyP: la única garantía que tenemos de que esta y otras leyes y derechos se cumplan, es que la sociedad y en particular la comunidad científico-tecnológica, apuesten por aquellos proyectos políticos que creen realmente que la ciencia y la tecnología son una herramienta para el crecimiento y el desarrollo, y no apoyen a aquellos espacios políticos que plantean que el Estado es una carga y que, por lo tanto, hay que reducir las inversiones que realiza.

Por otro lado, contrapuesto a este, hay otro modelo. El que nos da la posibilidad de construir un proyecto de país popular, igualitario, democrático, soberano, solidario, con perspectiva feminista y desde una mirada federal. Está en discusión dentro del campo popular, en su sentido más amplio, si en el marco de este modelo la salida a la presente crisis se va a dar reproduciendo la perspectiva neodesarrollista, que ya demostró sus límites hacia 2012-2015, o si podrá imponerse una alternativa de mayor radicalidad. Se trata de una tercera opción aún en construcción, pero que plantea la necesidad de mayores rupturas con la estructura de poder dominante y con mayor sentido popular. En este marco, la ciencia y la tecnología, y eso también ya ha sido demostrado, son herramientas esenciales para cualquiera de estas alternativas al neoliberalismo. Así que, comprometidos con estas opciones, en este nuevo número de CTyP presentamos en primer lugar una entrevista múltiple realizada a cinco destacadas mujeres que hoy están dirigiendo algunos de los más importantes organismos de nuestro complejo CyT. Daniela Castro, Secretaria de Investigación, Política Industrial y Producción para la Defensa; Ana Franchi, presidenta del CONICET; Mirta Iriondo, presidenta de la Fábrica Argentina de Aviones; Celeste Saulo, directora del Servicio Meteorológico Nacional y Adriana Serquis, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Además de contarnos cuáles son las principales políticas de gestión que se proponen desarrollar en los respectivos organismos que dirigen, nos hablan de sus experiencias como mujeres dirigiendo la ciencia y nos brindan su mirada sobre cómo se expresan las inequidades de género en el complejo científico tecnológico nacional y las acciones que al respecto se están impulsando.

En los artículos centrales presentamos una serie de trabajos dirigidos a profundizar, en términos de soberanía científico-tecnológica, en el conocimiento de las características del sector, a nivel nacional y latinoamericano y en las posibilidades que brinda la CyT para la construcción en nuestro país de un proyecto como el que mencionamos. En primer lugar, presentamos un trabajo de Mario Albornoz y Rodolfo Barrere, que nos da un panorama histórico de las principales características de la ciencia latinoamericana y de cómo ha sido su respuesta frente a la emergencia del COVID-19.

Como un ejemplo de reafirmación de la soberanía nacional y del impacto que podrían tener ciertas especies de la fauna marina en el desarrollo de actividades productivas, Esteban Nicolás Gaitán describe los desafíos y oportunidades generados a partir de la delimitación de los nuevos límites exteriores de la Plataforma Continental Argentina y propone una política activa de investigación científica en la región del llamado Agujero Azul.

María Noelia Corvalán Carro y Andrés Niembro nos muestran cómo la perspectiva tecnológica inicial de la empresa ALUAR sintetizó, en el marco del PLACTED y de la mano de Carlos Varsavsky, una estrecha relación entre pensamiento y acción que combinó tecnología extranjera con recursos humanos altamente formados, para generar un estilo tecnológico propio para la producción de aluminio primario en Argentina.

Como una expresión clara del impacto que podría tener en la sociedad y, en particular, en el complejo CyT nacional el retorno de un modelo neoliberal, María Soledad Córdoba y Karen Azcurra describen las estrategias de supervivencia desplegadas por diversos grupos de investigación de la Universidad Nacional de San Martín en el contexto de desfinanciamiento de la CyT, que tuvo lugar, en el marco de ese modelo, en Argentina, entre 2016-2019.

Tomás Carrozza nos cuenta cómo fue el desarrollo de las nanociencias y nanotecnologías en la Argentina en las últimas dos décadas y el impacto que tuvieron en este campo las distintas políticas implementadas en los últimos años.

La pandemia causada por la Covid-19 puso de manifiesto descarnadamente que el desarrollo de vacunas biotecnológicas representa una función social clave para los sistemas de salud de los países y un aspecto central de soberanía sanitaria. Al respecto Nancy Alejandra Cuevas Mercado y Mónica Guadalupe Chávez Elorza analizan las políticas públicas y los diferentes caminos implementados por Cuba y Argentina en el periodo 1980-2020, asociadas con el desarrollo de vacunas biotecnológicas

Mariángela Nápoli y Judith Naidorf analizan el documento preliminar del Plan de Ciencia y Tecnología 2030 elaborado por el MINCyT de Argentina y concluyen, entre otros aspectos, que el objetivo primordial del Plan es impulsar un desarrollo CyT orientando la producción de conocimientos a cubrir demandas estratégicas, sociales y productivas, con participación y perspectiva federal.

Para completar los artículos de este número, en la sección dedicada a la producción de participantes de cursos que dicta nuestra Cátedra Libre y otras contribuciones, presentamos, por un lado, un artículo escrito por Ezequiel Asprella que analiza las posiciones asumidas por Gregorio Klimovsky, Oscar Varsavsky y Thomas Moro Simpson, en el debate que sostuvieron sobre ciencia e ideología, recopilado en 1975 en un libro y en diversos artículos publicados por la revista Ciencia Nueva. Por otro lado, Oscar Ramírez, Jorge Nicolini, Marcelo Neuman, Marcelo Fernández y Jorge Malco presentan un panorama histórico de la evolución de las actividades nucleares en nuestro país y de las políticas que permitieron consolidar una trama productiva local con capacidades de generar desarrollos tecnológicos autónomos.

Para la sección Fragmentos, seleccionamos partes de un texto de Orlando Fals Borda, reconocido intelectual y militante colombiano, quien fue uno de los más destacados y originales investigadores en sociología a nivel continental. Fue además fundador de una de las primeras Facultades de Sociología de América Latina, en la Universidad Nacional de Colombia.

Queremos compartir con nuestros lectores dos noticias que nos entusiasman. Por un lado, CTyP ha sumado recientemente un nuevo reconocimiento. Por resolución 825/2021 del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica de la Provincia de Buenos Aires, nuestra revista ha sido declarada de interés provincial. Por otro lado, seguimos creciendo número a número y ya superamos los 34000 lectores. Además hemos comenzado a incorporar las versiones en inglés de los artículos ya publicados. Asimismo, quienes integramos el equipo de la revista hemos brindado charlas en instituciones que cursaron invitación para exponer sobre el negocio que se realiza con las publicaciones científicas y sobre el movimiento de acceso abierto, tema en que nuestra cátedra CPS viene trabajando como lo expresa el artículo publicado en el número 1 de CTyP. Estas instituciones son de Tucumán, San Luis y Buenos Aires. En esas charlas los debates posteriores se ampliaron, en todos los casos, a la problemática de la evaluación de las actividades científicas, lo que muestra la fuerte preocupación que hay por estas cuestiones.

Finalmente, y como siempre, agradecemos a quienes colaboraron en este nuevo número de la revista, y muy especialmente a la Universidad Nacional de La Plata y a la Secretaría de Relaciones Institucionales de SADOP Nacional, por su apoyo. También va nuestro agradecimiento a la Coordinación General de Revistas de la UNLP y al Portal de Revistas de la UNLP, que sostiene la plataforma informática sobre la que trabajamos diariamente.

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