Proyectos de extensión, investigación y producción

Mujeres x mujeres

Women x Women

Gabriela Martínez
Producción instrumental/piano. Bachillerato de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, Argentina
Diana Gasparini
Producción instrumental/viola. Música de Cámara. Bachillerato de Bellas Artes, Universidad Nacional de La Plata, Argentina

Plurentes. Artes y Letras

Universidad Nacional de La Plata, Argentina

ISSN: 1853-6212

Periodicidad: Anual

núm. 14, e068, 2023

revistaplurentesunlp@gmail.com

Recepción: 14 Septiembre 2023

Aprobación: 25 Septiembre 2023

Publicación: 27 Octubre 2023



DOI: https://doi.org/10.24215/18536212e068

Resumen: Como desprendimiento del Proyecto “La interpretación musical. Punto de convergencia” y una manera de seguir conquistando espacios, surge el álbum musical “Mujeres x Mujeres” interpretado por el dúo “Vivalto da Camera”, integrado por Diana Gasparini en viola y Gabriela Martínez en piano. Exploran el mundo creativo de las compositoras Clara Schumann, Rebecca Clarke, Nadia y Lili Boulanger, otrora silenciadas y, gracias a la actual reivindicación del rol de la mujer, han salido a la luz sus creaciones como universos autónomos y dignos de admiración.

Palabras clave: Mujeres x Mujeres, Rebecca Clarke, Clara Schumann, Nadia Boulanger, Lili Boulanger.

Abstract: As a detachment from the Project “Musical interpretation. Point of convergence” and a way to continue conquering spaces, the musical album “Mujeres x Mujeres” emerges performed by the duo “Vivalto da Camera”, with the violist Diana Gasparini and the pianist Gabriela Martínez. They explore the creative world of the composers Clara Schumann, Rebecca Clarke, Nadia and Lili Boulanger, who were once silenced and, thanks to the current vindication of the role of women, their creations have come to light as autonomous universes worthy of admiration.

Keywords: Mujeres x Mujeres, Rebecca Clarke, Clara Schumann, Nadia Boulanger, Lili Boulanger.

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.(...) 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

(Génesis 2:23 Versión Reina-Valera, 1960)


La creencia acerca de la subordinación de la mujer sobre la vida activa del hombre era un pensamiento predominante en la cultura occidental de siglos pasados. Ella debía servir. Dios, como creador de todas las cosas, delega al hombre el poder en la tierra para la creación y construcción del mundo circundante y metafísico. La mujer o “varona”, como anexo de Adán, según la concepción judeo- cristiana, solo es un gestante. En la etimología del latín gero, gerere, nos da la idea de que es sólo quien lleva, quien contiene aquello que ha sido creado por Dios.

Ellas han tenido que luchar para poder no sólo ser sino tener consideración como creadoras y hacer plausible el desarrollo de su arte. Consideramos oportuno, como aporte a su reivindicación, abordar repertorio de compositoras, no con el peso marginador de la etiqueta "música de mujeres" (Ramos, 2010, p. 7), sino porque, gracias a ser excepcionales, dejaron huellas en la historia de la música. Clara Schumann, Rebecca Clarke y las hermanas Boulanger, como solistas, instrumentistas y directoras de orquesta, compositoras, editoras y docentes, nos han legado un patrimonio artístico que contribuyó a la apertura al mundo laboral de las mujeres y al reconocimiento de su actividad como creadoras. La música no ha sido una excepción en el camino de la independencia de géneros.

La música es totalmente dañina para la modestia que corresponde al sexo femenino, porque las mujeres se distraen de las funciones y ocupaciones que les corresponden… Ninguna mujer… con ningún pretexto debe aprender música (ni)... tocar ningún tipo de instrumento musical. (Papa Inocencio XI en 1689. Edicto renovado Papa Clemente XI en 1703). (Aranda Camuñas, 2014, p. 6).

Relegadas al hogar, a lo que éste demandaba y a ciertos cánones morales, les era muy difícil dedicar tiempo a otros intereses. En el caso de la música, la ejecución de ciertos instrumentos, como los de viento o cuerda que suponían posiciones “poco decorosas” del cuerpo, perjudicaban la imagen femenina que se tenía en épocas pasadas; sólo podían interpretarse en círculos íntimos. En el caso de la dirección orquestal, era un ejercicio vedado y, hasta el día de hoy, sigue generando cierta resistencia. La composición como acto creativo, estaba relacionada con el pensamiento y la razón, actividades que se asociaban al hombre, la mujer se limitaba al acto de procrear, es decir, a concebir físicamente. En la acción creativa, era considerada tan sólo una divinidad petrificada que servía como musa inspiradora del hombre. Robert Schumann nos ha legado un testimonio ilustrativo, en su correspondencia mantenida con Clara, de qué significaba ella para él: “Me completas como compositor como yo te completo a ti. Cada uno de tus pensamientos proviene de mi alma, ya que toda mi música es sólo gracias a ti.” (Perrey, 2007, p. 13).

Cuando empezamos a investigar sobre el repertorio a interpretar nos encontramos con cuatro historias de vida muy distintas, pero con nexos comunes. Cuatro realidades que despertaron diferentes estilos y reflejan momentos particulares en la vida de cada una.

Clara Schumann (1819/1896) y Rebecca Clarke (1886/1979) fueron reconocidas en su época por ser excelentes y virtuosas intérpretes de sus instrumentos: Clara en el piano y Rebecca en la viola. Si bien la tarea de componer música era parte del aprendizaje que debía transitar todo músico y que serviría para entender la construcción de la forma y dominar los elementos musicales, el hacer de la composición un modo de vida era actividad exclusiva del mundo masculino.

Cuando Clara muere en Alemania, a los 77 años, Rebecca a los 10 ya tocaba el violín demostrando su naciente talento musical. Marcadas ambas por eventos disruptivos y trágicos, han tenido que afrontar la existencia de manera autónoma, trabajando para poder mantenerse. Clara se abocó a realizar fatigosas giras de conciertos por toda Europa (incluyendo Rusia) no sólo para difundir la obra de su esposo, el reconocido compositor Robert Schumann, sino también para sostener económicamente a su familia ya que Robert, debido a una demencia en ciernes, era muy inestable en sus trabajos rentados (Perrey, 2007). Rebecca, a sus 24 años, expulsada del hogar por su cruel padre, tuvo que, en la Inglaterra victoriana, encontrar la manera de subsistir (Otero Aragoneses, 2019, p. 210). Es así que brindando numerosos recitales y convirtiéndose en una de las primeras mujeres en ser miembro de una orquesta profesional, constituye su medio de vida.

Clara Schumann, a instancias de su marido y como parte de una especie de programa educativo ideado y tutelado por él, compone diversos lieder, fugas, poemas y romanzas (Perrey, 2007, p. 22). A pesar de dudar de su capacidad (“Hubo un tiempo en el que yo creía tener talento creativo, pero he renunciado a esa idea; una mujer no debe tener el deseo de componer: si ninguna ha podido hacerlo, ¿por qué iba a poder yo?” (Beer, 2019, p. 10)), compone sus Op. 22, Drei Romanzen para violín y piano, que serían interpretadas en conciertos junto a su amigo, el violinista y compositor Joseph Joachim. Un crítico de Neue Berliner Musikzeitung, en 1856, escribió: “Las tres piezas muestran un carácter individual concebido de una manera verdaderamente sincera y escrita con una mano delicada y fragante”: una crítica de su valía asociada a su sexo. Lamentablemente, al morir Robert Schumann, Clara decide dejar de componer, dedicándose a difundir y editar la obra de su esposo.

Rebecca Clarke ya se perfilaba como una compositora de talento, además de ser una virtuosa de la viola. Era extremadamente crítica y humilde en cuanto a sus dotes. Firmaba sus obras con el seudónimo de Anthony Trent, teniendo mejor acogida que cuando lo hacía con su nombre real. La Sonata para viola y piano de 1919, obra que incorporamos en este álbum, fue presentada bajo este mismo seudónimo en el Concurso de composición del Festival de música de cámara de Pittsfield, Massachusetts (EE. UU.). Se suscita un empate con la Suite para viola y piano de Ernest Bloch y parte del jurado, al conocer la verdadera identidad de Anthony Trent, decide otorgar el premio al ya reconocido compositor (Otero Aragoneses, 2019, p. 218).

Esta sonata, compuesta en los EE. UU, deja traslucir a través de su desarrollo, la vida y el sentir de la autora. Un primer movimiento encabezado con los versos del poema de Alfred de Musset “La Nuit de Mai” nos dice “...Poète, prends ton luth; le vin de la jeunesse Fermente cette nuit dans les veines de Dieu…”, nos sitúa ante una Rebecca que invoca a la inspiración y utiliza recursos armónicos como una manera de concretar ese llamado. Esta primera parte resulta una especie de diálogo entre meditación y extroversión. Un segundo movimiento hace alusión a su época de violista, exponiendo aquí, recursos instrumentales de gran virtuosismo. Finalmente, un tercer movimiento, donde se vale de recursos melódicos propios de la música folklórica de su país, nos deja ver a una artista que anhela su tierra y tiempos pasados. (Blat Barrachina, 2018).

Sus obras denotan un completo dominio de la narrativa y elementos musicales, una fuerte y singular personalidad. Compuso más de 100 obras que no fueron dadas a conocer en su totalidad, especialmente para agrupaciones de cámara y corales. Durante la Segunda Guerra Mundial, debió buscar sustento en un trabajo como institutriz, resintiendo su capacidad creadora. Su esposo, el pianista y compositor James Friskin, la estimuló a que siguiera siendo una intérprete de viola y compositora, sin embargo, por motivos que desconocemos, decidió dedicarse completamente a la docencia. No podemos dejar de notar ciertas similitudes con la vida de Clara Schumann.

Nadia Boulanger, profesora de composición de fama mundial, sabía perfectamente lo que había tenido que sacrificar para labrarse una carrera en el mundo de la música: “Los artistas piensan únicamente en su arte, y lo consideran absolutamente incompatible con las alegrías de la vida familiar. Desde el día en que una mujer quiere representar el único papel que en verdad le corresponde, el de madre y esposa, es imposible que además pueda ser artista.” (Beer, 2019, p. 10)

En el caso de las hermanas Boulanger, Nadia (1887/1979) y Lili (1893/1918) ambas ganadoras del Gran Premio de Roma de Composición, Lili fue la primera mujer en ganarlo. Falleció muy joven, a los 24 años, padeciendo una enfermedad que desde muy temprano la acompañó, incidiendo en su labor como música. El frágil estado de salud la llevó a componer, mayormente, piezas cortas a las cuales consideraba como una forma de perdurar en el tiempo, ejemplo de esto es el Nocturne pour violon et piano. En momentos donde Alemania dominaba las tendencias artísticas, su estética compositiva fue considerada una vuelta a la tradición francesa. Fallecida Lili, la vida de Nadia se vio afectada, abandonando la composición para dedicarse a la docencia y a la recopilación y resguardo del material de su hermana. Años más tarde, la dirección orquestal estaba esperando por ella. Las Trois pièces pour violoncelle et piano datan de su primera etapa. Originalmente las No.1 y No.2 fueron compuestas para órgano y la tercera, para violoncello y piano como danza española. Más tarde instrumenta las tres piezas para esta misma formación.

En la actualidad, producto de una lucha incansable por conquistar espacios, es habitual encontrar a mujeres destacadas que sobresalen por el mérito de su labor y aporte social, cosa infrecuente en el pasado. En sus diferentes contextos, muchas veces adverso, cada una ha podido desarrollar, en conjunción, vida personal y actividad profesional.

A través del proyecto de producción e investigación “La interpretación musical. Punto de convergencia”, nuestro propósito es hacer visible la vida y labor musical de grandes compositoras, contribuyendo a la difusión y trascendencia de su legado.

Como docentes del Bachillerato de Bellas Artes, a través de “La interpretación musical. Punto de convergencia” (proyecto al que estamos abocadas desde el año 2019) y nuestras respectivas cátedras, llevamos adelante una ardua tarea educativa sostenida en la investigación y difusión de repertorio camerístico.

La actividad artística como Vivalto da Camera, conjugada con la docencia nos ha llevado a indagar en temáticas generadoras de: clases, conversatorios, conciertos, jornadas, documentales, grabaciones, registro fonográfico del reciente álbum “Mujeres x Mujeres”, resultados éstos que vuelven a la comunidad y contribuyen a la generación de conocimientos y a la divulgación del arte.

Ante la convocatoria del INAMU 2022 obtuvimos como dúo el subsidio de Fomento Nacional de la Música, los fondos recibidos posibilitaron la concreción del álbum “Mujeres x Mujeres”, donde realizamos un registro fonográfico que incluye las obras, originales y en arreglo para viola y piano, de las Drei Romanzen Op. 22 de Clara Schumann, Nocturne de Lili Boulanger, Trois Pièces de Nadia Boulanger y la Viola Sonata de Rebecca Clarke. Actualmente disponibles en plataformas como Spotify, Youtube Music, Apple Music, Soundcloud, entre otras.

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Referencias

Aranda Camuñas, J. (2014). El término música es femenino. Boletín de la Sociedad de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga, 13, 5-10. ISSN 1699-4264 https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4745688

Beer, A. (2019). Armonía y suaves cantos. Las mujeres olvidadas de la música clásica. Ed. Acantilado

Blat Barrachina, A. M. (2018). Rebecca Clarke: Sonata, para viola y piano. Un análisis sobre su estudio en los centros de educación superior. Universidad Internacional de Valencia.

Liane, C. (ed.) (2004). A Rebecca Clarke Reader. Indiana University Press

Otero Aragoneses, D. (2019). Oblivion: Grandes compositoras europeas (1850-1950). Aportaciones al repertorio del violín y contribuciones al cambio del paradigma del rol de la mujer en la música. [Tesis de doctorado]. Universidad de Burgos.

Perrey, B. (2007). Schumann's lives, and afterlives: an introduction. En The Cambridge Companion to Schumann (pp 3-37). Cambridge University Press

Ramos, P. (2010). Luces y sombras en los estudios sobre las mujeres y la música. Revista Musical Chilena, 213.

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