Revista de Relaciones Internacionales Nro. 16 "Organizing Foreign Policy Crises" Presidents, advisers and the managment of Decision Making

 

Lecturas

Organizing Foreign Policy Crises" Presidents, advisers and the managment of Decision Making.
Organizando las crisis de política exterior" Presidentes, Consejeros y el manejo de la toma de decisión


Patrick J. Haney
Michigan University Press (1997)

En este trabajo, Patrick Haney incluye el estudio de cinco administraciones y examina cómo los grupos de decisión en tiempos de crisis fueron estructurados y cómo llevaron adelante la tarea de proveer información, consejo y análisis al presidente.

El autor utiliza como marco analítico para su trabajo los tres tipos ideales para la organización del flujo de información y análisis que presentara Alexander George en su libro de 1980 "Presidencial Decision Making in Foreign Policy. The efective use of the information and advice" y el de Richard Johnson "Managing the White House" de 1974.

Los tres modelos analíticos utilizados por los autores citados para organizar el proceso de toma de decisión política pueden resumirse brevemente de la siguiente forma:

Modelo formal: estructura de decisión jerárquica, que evita el conflicto entre asesores. La información es filtrada entre toda la burocracia.

Modelo competitivo: se basa en la competencia de asesores para generar alternativas creativas. Propende a superar las jurisdicciones y tener múltiples canales de comunicación.

Modelo colegial: El proceso de toma de decisión descansa sobre el trabajo en equipo y no la competitividad. Se intenta evitar las luchas dentro de los grupos.

Específicamente estos modelos ideales son utilizados para conocer cómo los presidentes lograron "superar" algunas de las más importantes crisis de política exterior norteamericana de los últimos años: el puente aéreo a Berlín, la guerra de Corea (1950), Diem Bien Phu (1954), la crisis de Suez (1956), la ofensiva de Tet (1968), la guerra civil en Jordan (1970), la guerra de Yon Kippur (1973) y la invasión a Panamá en 1989 fueron crisis que se sucedieron durante las administraciones Truman, Eisenhower, Johnson, Nixon y Bush.

Así se reconoce a la administración Truman la utilización de una organización formal, correspondiéndose con el primer modelo. Con Eisenhower el autor observa una combinación de los modelos formal y competitivo. Durante la administración Johnson convivieron el modelo formal y el colegial. Con respecto a la gestión de Richard Nixon, el autor concluye que el rol cumplido por Henry Kissinger se corresponde al modelo formal. En cuanto al presidente Bush, la particularidad de la forma de organización de sus staffs es notoria. Por ello Haney la considera muy cerca de convertirse en un subtipo muy particular de formalismo colegial.

En síntesis, el enfoque que nos brinda el autor para conocer por dentro cómo los presidentes organizan a sus equipos y cómo estos equipos influyeron con su análisis y consejo en los acontecimientos posteriores es desde todo punto de vista sumamente interesante y analíticamente sólido.

 

Lic. Juan Manuel Gigli

Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la UCALP. Coordinador de la "Escuela de Gobierno Para Jóvenes" I.P.A.P., Subsecretaría de la Función Pública, Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.

 

«El gran tablero mundial»

Zbigniew Brzezinski

Barcelona, Ed. Paidós, 1998, 217 páginas.

 

En este libro el ex Consejero para la Seguridad Nacional de la presidencia de los Estados Unidos realiza un aguda análisis del mapa geoestratégico de la etapa de la posguerra fría. El autor afirma que los Estados unidos son la única potencia global en la actualidad y que Eurasia es el principal campo de juego estratégico del planeta. Estados Unidos, según Brzezinski es el único árbitro de Eurasia, y no existe ninguna cuestión importante en dicho lugar que pueda ser resuelta sin participación estadounidense.

El autor explica además, que en el centro del continente Eurasiático, el espacio situado entre la Europa en expansión y China seguirá siendo un agujero negro geopolítico, al menos hasta que Rusia resuelva la lucha que mantiene internamente sobre su definición post imperial, mientras que la región situada al sur de Rusia (los Balcanes eurasiáticos) amenazan con convertirse en una caldera de conflictos étnicos y de antagonismos entre las grandes potencias.

En esta obra se afirma que los Estados Unidos se han vuelto una «nación indispensable» para todo el mundo, de acuerdo a los dichos del Presidente Clinton. Lo que verdaderamente no puede ser contrarrestado es el hecho de que ningún Estado nación, en la actualidad, puede hacer frente a este país en ninguna de las cuatro dimensiones claves del poder (militar, económico, tecnológico y cultural) que, acumulativamente, dan lugar a una influencia global decisiva. El autor dice que sin una abdicación deliberada por parte de los Estados Unidos la única alternativa real al liderazgo global norteamericano es la anarquía internacional.

Con respecto a Europa, se dice que los estados Unidos no pueden crear por sí mismos una Europa más unida, pero sí pueden obstruir su surgimiento. No cabe duda de que si Europa no se vuelve más unida es susceptible de desunirse cada vez más. Por consiguiente, como afirma Brzezinski, es vital que los Estados Unidos cooperen estrechamente con Alemania y Francia para obtener una Europa políticamente viable, una Europa que permanezca unida a los Estados Unidos y que extienda el alcance del sistema internacional democrático cooperativo.

En lo que se refiere a la expansión de la OTAN, el autor establece que el acuerdo al que se puede llegar con Rusia en ese sentido no debe llevar a la transformación de Rusia en un miembro de facto y con capacidad decisional de la alianza, lo que diluiría el histórico carácter euroatlántico de la OTAN relegando, al mismo tiempo, a los nuevos miembros. Ello permitiría a Rusia no solo reemprender el esfuerzo de reconstruir su esfera de influencia en Europa Central sino también aprovechar su presencia en la Alianza con el objeto de intentar reducir la influencia de los Estados Unidos en Europa. El surgimiento de un arreglo equitativo entre la OTAN/UE y Rusia sería bien acogido por los europeos, quienes lo considerarían como una señal de que Rusia esta tomando por fin la esperada decisión postimperial a favor de Europa.

El papel que Rusia desempeñe en Eurasia a largo plazo dependerá en gran medida de la decisión histórica que la misma Rusia debe tomar, al respecto de su propia autodefinición. Aunque Europa y China aumenten sus respectivos radios de influencia a nivel regional, Rusia seguirá estando a cargo de la mayor parcela individual del mundo, por lo tanto la falta de territorio no es un problema para Rusia. La cuestión que Rusia debe enfrentar, según la opinión del autor, es el hecho de que tanto Europa como China ya son más poderosas desde el punto de vista económico. En estas circunstancias debería ser más evidente para la elite política rusa que la primera prioridad de su país es la de modernizarse, y no la de comprometerse en el fútil esfuerzo de recuperar su anterior espacio de potencia global.

Brzezinski, para finalizar, incluye en su estudio geoestratégico la relación entre los Estados Unidos y China. El pluralismo geopolítico en Eurasia en general no será ni posible ni estable sin una profundización de la relación estratégica entre estos dos países. De ello se sigue que la política de comprometer a China en un diálogo estratégico serio es el primer paso necesario para fomentar el interés chino de alcanzar un acuerdo con Estados unidos que refleje los distintos intereses geopolíticos que los dos países tienen en común. Aunque China está surgiendo como una potencia dominante a nivel regional es difícil, según palabras del autor, que se convierta en una potencia global en un futuro cercano, por consiguiente China no debe ser ni contenida ni aplacada, sino que debería ser tratada con respeto por ser el mayor Estado en desarrollo del planeta. En la medida en que China se integre más en el sistema mundial y pierda con ello capacidad y voluntad de explotar su primacía regional de una manera políticamente obtusa, irá surgiendo posiblemente una esfera de deferencia china de facto en zonas de interés histórico para China, que formará parte de la emergente estructura eurasiática de arreglos políticos.

El autor establece que la estabilidad de un pluralismo geopolítico de Eurasia que impida la aparición de una única potencia dominante se vería reforzada con el eventual surgimiento, quizás en los primeros años del próximo siglo, de un Sistema de Seguridad Transasiático (SSTA). En este acuerdo de seguridad transnacional debería participar una OTAN ampliada -vinculada a Rusia mediante un acuerdo de cooperación- China y también Japón que seguirá vinculado a los estados Unidos mediante el tratado bilateral de seguridad.

Zbigniew Brzezinski finaliza su obra diciendo «en el curso de las próximas décadas podría surgir una estructura efectiva de cooperación global basada en las realidades geopolíticas que pasaría gradualmente a ostentar el cetro del actual «Príncipe Regente», que por el momento está cargando con la responsabilidad de asegurar la estabilidad y la paz mundiales. El éxito geoestratégico de esta causa representaría un legado adecuado de los Estados Unidos en su papel de primera, única y verdadera superpotencia global.»

 Juan Pedro Tomas

Miembro del Departamento de Europa y CEI del IRI

 

 El sueño Panamericano.

Título original: The Pan-American Dream.

Lawrence E. Harrison.

Compañía Editora Espasa Calpe Argentina S.A./ Ariel. 1999.

 

A lo largo de los doce capítulos que componen este libro, que sin duda suscitará entre sus lectores las reacciones mas diversas, el ex funcionario de gobierno de los Estados Unidos y autor de los títulos "El subdesarrollo esta en la mente: el caso latinoamericano" y Quienes prosperan? , se formula una serie de preguntas, que le servirán de motivación para sumergirse en el estudio de las causas que, a su entender, explicarían la tardía adopción por parte de los países latinoamericanos de un sistema basado en el capitalismo democrático, y como correlato la presencia de la brecha en materia de desarrollo institucional y económico, con los países que se ubican geográficamente mas al norte del hemisferio.

 Sin que pueda contarse a Lawrence entre las primeras personas que identificaron el origen de este problema de menor "desarrollo" relativo latinoamericano, entendido este en sentido antes aludido, con las cuestiones culturales, ya que el propio autor recurre y cita constantemente a los precursores de este enfoque, no por ello la obra deja de ser una interesante provocación a establecer los mas intensos debates.

Así como el profesor y periodista Mariano Grondona reconoce la influencia que tuvieron las enseñanzas del politicólogo norteamericano Robert Dahl para producir modificaciones en su postura con relación al desarrollismo, cambio que plasmó con la reciente edición de su libro "Las condiciones culturales del desarrollismo económico", Harrison se sirve del planteo acerca de "si es posible la constitución de una comunidad continental al estilo de las formuladas en "La Iniciativa para las Américas" del ex Presidente George Bush, o la propuesta mas reciente del ALCA, como punto de partida para ahondar en las características que presentan las sociedades que se identifican con la cultura iberocatólica y aquellas que reflejan y practican los valores acordes con la tradición anglo-protestante. Para llegar posteriormente a afirmar que las profundas diferencias y rasgos que hacen a cada una de ellas se traduce en una distinta percepción acerca del trabajo, la educación, el mérito, la comunidad, la ética , etc. Diferencia esta, de valores y actitudes, que explicaría las disímiles condiciones de progreso en que se hallan las sociedades que se identifican con una y otra cultura.

Para llegar a la conclusión de que no necesariamente debe ser negativa la respuesta a la pregunta de si "La Asociación para el Desarrollo y la Prosperidad, sucesora del Emprendimiento que Bush anunció en 1990 está destinada a seguir los mismos pasos que la Alianza para el Progreso propuesta en la década del sesenta por Kennedy y la Política del Buen Vecino de Franklin Roosevelt hacia el cementerio de las buenas intenciones frustradas de sueños panamericanistas", Lawrence dedica cuatro capítulos de su libro, uno por cada uno de los países considerados de mayor importancia relativa entre los países de origen latino, a repasar la historia de los acontecimientos políticos y económicos mas relevantes que tuvieron lugar en Argentina, Brasil, Chile y México.

 De acuerdo con el autor, esta clase de respuesta parece imponerse no solo como consecuencia de observar el cambio que desde el año 1961 ha venido sufriendo el escenario internacional, en el sentido de que en la actualidad no existe una alternativa ideológica viable al capitalismo democrático como la que en su momento constituyó el comunismo para el proyecto de Kennedy, sino también a partir del reconocimiento por parte de estos mismos países, y luego de observar si mas no sea su incipiente modernización, desarrollo económico y consolidación de las instituciones democráticas alcanzados en las últimas décadas, del costo para el progreso de la región y sus intereses que ha significado ser partidarios, durante tanto tiempo, de lo que él denomina "el nacionalismo defensivo" que comprende, entre otras características, la adopción de una actitud de enfrentamiento y/o distancia con los Estados Unidos.

Todo ello sin perjuicio de reconocerle en particular a la República Federativa de Brasil y Chile mejores perspectivas en este desafío que importa el afianzamiento de los logros hasta aquí alcanzados. Este mejor presagio encontraría sus raíces, en el origen de los inmigrantes que se dirigieron y asentaron en sus respectivos territorios, pero principalmente en los distintos principios y valores culturales que estos comulgaban por oposición a los que guiaron la conducta de los extranjeros radicados en los otros países objeto de análisis.

 La cuestión de "si esa comunidad, integrada al norte por países prósperos con raíces institucionales democráticas centenarias y al sur por los países de América Latina de tradiciones e instituciones centenarias autoritarias, y que en la mayoría de los casos están comenzando a hacer su experiencia con las instituciones democráticas y las políticas de libre mercado por primera vez, podrá constituirse en una comunidad coherente, funcional y durable, dista de ser sencilla para este autor. De allí la cautela que muestra Harrison, al sostener que si bien es posible y vale la pena trabajar por ella, debido a la divergencia tan amplia entre los participantes en cuanto a prosperidad, fortaleza institucional, recursos humanos y finalmente en cuanto a valores y actitudes, su forjamiento será un proceso lento y doloroso. Logro que, por otra parte, cree condicionado a la velocidad con que los valores que realmente hacen funcionar a la democracia y al libre mercado desplacen a los valores tradicionales, en tanto, constituyen la mejor explicación de por qué al acercarnos a fines del siglo XX, América Latina presenta un atraso tan notable respecto de Canadá y los Estados Unidos.

El capitulo titulado "comercio e inversión: del imperialismo a la integración?" no hace mas que confirmar y explicitar aun más esta postura, al sostenerse allí que "son estos mismos factores -políticos e institucionales-, pero lo que es mas importante aún, los culturales, los que se convierten en obstáculos para los esquemas de integración".

 Estas afirmaciones tan categóricas formuladas en último término por el autor del Sueño Panamericano, parecen ser la "conclusión ineludible" a la que se debe arribar luego de dar lectura a varios capítulos de este libro entre los que se cuentan el primero, titulado "Las raíces de la divergencia: cultura angloprotestante versus cultura iberocatólica», donde haciendo suyos los pensamientos de Tocqueville y Weber, Harrison se encarga de poner de resalto en primer lugar la mayor incidencia que tiene el poder de la cultura respecto de otros factores como el clima, los recursos disponibles, la elección de las políticas en la consecución del progreso económico e institucional de una nación, etc.; para luego destacar la preeminencia y superioridad de la cultura, esto es los valores, actitudes e instituciones que hacen a la cultura angloprotestante sobre la iberocatólica.

El hecho que la segunda, a contrario sensu de la primera de las nombradas, esté caracterizada por focalizarse en el presente y en el pasado a expensas del futuro, en el individuo y en la familia a expensas de una sociedad mas amplia; por alimentar el autoritarismo, propagar un código ético flexible, venerar la ortodoxia, desdeñar el trabajo, el ahorro y la creatividad, explicaría el menor progreso relativo en el campo económico e institucional de las sociedades que se identifican con ella.

 El compartir, aunque con cierto grado de variación, la creencia fundamental en los valores que antes resaltáramos como propios de la cultura angloprotestante, es lo que le lleva a afirmar en el capítulo segundo al autor, que ha permitido que Estados Unidos y Canadá se transformen en socios comerciales recíprocamente activos, en tanto participes de una relación por él mismo calificada "como de muy especial", y que ha sabido sobreponerse a etapas de recelos, adversidad y a las circunstancias contrastantes que rodearon al nacimiento de uno y otro Estado.

 Esa misma lógica es la que impera en el capítulo décimo, en el que apartándose de los enfoques que en general se practican respecto de los estudios relativos al consumo de estupefacientes o a su narcotráfico, y dejado de lado la incidencia que el comercio entre los países productores latinoamericanos y sus adquirentes del norte del hemisferio pueda tener sobre la sociedad de estos últimos (lo que se trata en capítulo aparte), el autor trata de advertir acerca de la peligrosa relación que percibe entre este tráfico y la perduración de las causas que él identifica como la raíz del problema latinoamericano: su producción y tráfico generalizado estaría intensificando los problemas tradicionales latinoamericanos de abuso de poder y corrupción, y en consecuencia se estaría constituyendo en una amenaza grave para las incipientes instituciones democráticas.

 No conforme con lo hasta aquí expuesto, Lawrence, a nuestro entender, pretende hacer de su obra una buena oportunidad para poner de relieve los efectos que la aludida diferencia de percepción cultural ocasiona a la misma sociedad norteamericana. Así encabezando el capítulo once con el título "inmigración: la latinización de los Estados Unidos?" procura resaltar el impacto de la inmigración en su país. Destacando los serios problemas políticos, económicos y sociales que representan a los Estados Unidos, la presencia de inmigrantes latinoamericanos, en particular mejicanos, no sólo por su constante y rápido incremento, sino también debido a la falta en los mismos del proceso de aculturación que generalmente acompaña el proceso de inmigración. Este hecho estaría impidiendo no solo la adquisición por parte de éstos de los valores identificados con la cultura angloprotestante, sino también la difusión y consecuente erosión de los valores propios de ella en manos de los caracterizantes de la cultura iberoamericana, lo que en los hechos se estaría traduciendo en un mayor incremento de la droga y de los delitos.

 La última gran incógnita que se le presenta a Harrison en cuanto a qué puede hacerse para mejorar las perspectivas de una comunidad genuina y dinámica en el hemisferio, justifica la presencia del último capítulo de este libro.

Las soluciones allí propuestas varían, destacándose la necesidad de generar un cambio en el sistema educativo tradicional, que de este modo incorpore no solo los valores que antes se describieran como propios de culturas angloprotestantes, sino también que plasme ese reconocimiento por parte de los países latinoamericanos de la verdadera génesis de su problema, esto es el arraigo en la misma mente latinoamericana de valores y actitudes, que como consecuencia de su identificación con la cultura iberoamericana tradicional se muestran incompatibles con la modernización.

 Finalmente creo necesario concluir este comentario diciendo que, a nuestro modo de ver, no obstante lo contundente y categórico de muchas de las apreciaciones vertidas por autor, y la postura del mismo de no considerar suficientes en la transición hacia una sociedad más progresista y más madura, a los cambios económicos, políticos e institucionales ocurridos en los últimos tiempos en Latinoamérica, una puerta se deja entreabierta, en tanto a estas opiniones y convicciones se opone, siguiendo una vez mas el pensamiento de Tocqueville, aquella que afirma que la cultura se adquiere y no que se transmite genéticamente, permitiendo en consecuencia una futura y eventual transformación, que se traduzca en hechos el propósito que alguna vez guió la conducta entre otros de hombres como Simón Bolivar.

 Manuela Móccero

Coordinadora del Departamento de América Latina y el Caribe del IRI

 

 La Crisis Financiera en Asia Oriental y la economía internacional

Marcelo R. Lascano

Fundación Okita, Bs. As., 1998.

 

Con este primer estudio sobre la región del Pacífico-Asiático, la Fundación Okita inicia una tarea científico-académica muy importante, en particular las relaciones de Asia con la Argentina. Este aporte elaborado por el economista Marcelo Lascano, se ocupa de detallar los logros económicos y las ventajas financieras como así también culturales de la zona en estudio. Como así también, en analizar críticamente el lado oscuro de la globalización asiática, sobre todo el impacto de la crisis financiera global y sus repercusiones en el resto de los mercados emergentes y en el sistema económico regional-mundial.

El autor señala, que por una razón u otra la presencia de la región del Asia-Pacífico a nivel mundial ha estado durante largo tiempo en el debate académico, institucional y en los medios de comunicación locales e internacionales.

Un modelo económico exitoso que supo vislumbrar durante casi dos décadas el prestigio y la respetabilidad de la comunidad financiera mundial. Asia se había convertido en el centro geográfico financiero, comercial y geopolítico del mundo. La comunidad de negocios observaba muy atentamente el desenvolvimiento del mercado financiero de capitales con enormes atractivos para el flujo de inversiones directas y para insertar a esta zona en el mercado global.

En la obra se rescata los indicadores económicos muy optimistas. La duplicación del producto bruto, las tasas de crecimiento anual promedio para toda la región en cifras superiores al 10%. Economías orientadas a tener altas tasas en productividad y productos elaborados con una fuerte presencia en el mercado mundial.

El autor coincide con otros trabajos publicados como consecuencia de la crisis en el modelo asiático con una fecha que ya se la ha incorporado a la bibliografía mundial el 2 de julio de 1997, al menos en los papeles se puso en duda la efectiva dimensión del modelo asiático.

El Gobierno de Tailandia cedió ante fuertes presiones internacionales y dejó flotar su moneda, el bath. La devaluación que sobrevino causó pánico y estupor en la comunidad financiera mundial.

Luego la crisis contagió a otros países de la zona del sureste de Asia: Indonesia, Malasia, Filipinas. Taiwan dejó intervenir en el mercado de cambios, luego cayeron la bolsa de Hong Kong y Wall Street. Posteriormente el contagio llegó a Corea del Sur, todo según da cuenta el autor en un marco de incertidumbre con un impacto regional de la magnitud de un temblor.

Después del descarrilamiento de las economías del Asia Oriental el autor llega a la conclusión de que corresponde separar las aguas: la economía real de un lado, y el desempeño financiero del otro. Señala de que se trata de una crisis financiera, que no tiene componentes productivos o tecnológicos, con fuertes actores privados.

El trabajo ha sido elaborado paralelamente a los acontecimientos internacionales de modo de que las fuentes de que dispone el autor han sido fundamentales. Contó con la colaboración de los informes del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, entidades que han tenido unan fuerte influencia durante y después de la crisis financiera regional.

Existe desde hace ya largo tiempo una nueva realidad geográfico económica mundial, el poder y las hegemonías se han desplazado desde Europa a los Estados Unidos, y en los últimos años hacia el Lejano Oriente. Este desplazamiento -a juicio del autor- hizo de que Japón desde hace medio siglo encabezara "un capitalismo diferente" para el desarrollo económico. Esta manera distinta de hacer las cosas o los deberes, contagió sucesivamente a Corea, Taiwán, Singapur, Hong Kong, Malasia, Tailandia, etc. A partir de estos nuevos actores y jugadores, el capitalismo tradicional anglosajón y el renano debieron aceptar con una visión crítica las realidades productivas, tecnológicas y los resultados altamente favorables a la región del Asia-Pacífico.

El trabajo cierra con una hipótesis que vale la pena recordar; estas lecciones son las siguientes: mejorar la vigilancia del BM y del FMI, fortalecer los sistemas financieros locales y regionales, disponer de mejoras en las modalidades operativas de los mercados de capitales en economías industrializadas y emergentes.

 

Martín A. Morgante

Miembro del Departamento de Relaciones Económicas Internacionales del Instituto de Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.

 

 Politica Exterior Argentina 1989-1999
Historia de un éxito

Andrés Cisneros Compilador

Buenos Aires, CEPE-CARI-GEL, 1998, 373 páginas.

 

Las recetas oficiales de la política exterior argentina que tantas veces hemos leído, tienen un nuevo lugar de encuentro en este libro. No deja de ser un esfuerzo intelectual, pero sobre todo político, el intentar mostrar una acción tendiente a insertar a la Argentina en el mundo. Nada mejor que los hombres convencidos de este accionar para explicar lo que se está haciendo en la materia.

A pesar de sus variantes, los autores expresan una sintonía de pensamiento, alguno de sus deslices son reforzados por el compilador que refuerza la tendencia general del libro.

No creemos, como señala el prólogo escrito por el Canciller Guido Di Tella, que "no se trata de hombres estructurados por el poder de un dogma que en su trabajo ha ido asumiendo varias versiones de una misma verdad." Esta aclaración es de por sí significativa, creemos que a pesar de no compartir muchas veces los conceptos vertidos allí, es un trabajo riguroso aunque el rigor no le quita parcialidad. Existe una sutil pero fundamental diferencia entre las versiones de una misma verdad y la versión de la verdad misma. Esta proposición tiende a diluir el provocador subtítulo que nos lleva a preguntarnos si esta política exterior es un éxito.

Es la demostración de un pensamiento único criollo que se asume como un foro intelectual y político.

Reflexionar sobre esta propuesta nos lleva a cuestionar ciertos presupuestos que la convalidan. La primera cuestión es si debemos aceptar todos sus presupuestos y no los confrontamos con otros. De hacerlo creeríamos que estamos navegando por un mar tranquilo y sereno.

Desgraciadamente para los autores, el mundo actual se muestra mucho más inquietante que a principios de los noventa cuando el liderazgo norteamericano parecía incuestionable. Hoy las crisis recurrentes en el Golfo Pérsico y los Balcanes demuestran la fragilidad de las alianzas entre las grandes potencias, y sobre todo la divergencia de sus intereses. El mundo está lejos de ser el Nuevo Orden Mundial soñado por los neoconservadores y su fragmentación y dinámica lo llevan hacia un esquema multipolar.

Si nuestro esquema de política exterior se sustenta sobre la previsión de un mundo unipolar, ella deberá tener una forma más o menos similar a la actual, pero si el mundo se encamina hacia otra dirección ¿será correcto el rumbo elegido?

Otra de las preguntas que recorre nuestra mente al leer este libro es si la intervención argentina en el golfo Pérsico al lado de los Estados Unidos, rompiendo una posición histórica del país, es equivalente al esfuerzo brasileño en la Segunda Guerra Mundial. Nos parece una apreciación desmesurada. Tal vez sea una señal clara, pero a esta altura los únicos hechos palpables son la consideración de nuestro país como libre de aftosa y su designación como aliado extra OTAN. Sin embargo sobre nuestro comercio siguen pesando importantes restricciones y la designación honorífica ha causado malestar en la región y no tuvo la contrapartida esperada hasta el momento.

Un dato en que los autores no se ponen de acuerdo es en cuándo empieza el éxito o, para ser menos ampulosos, las nuevas políticas exteriores: para algunos de ellos en 1983 y para otros en 1989.

Una vez hechas estas consideraciones generales, que son las que sustenta el libro de manera evidente, haremos una breve referencia a los artículos que componen el texto.

El primero de ellos, firmado por Andrés Cisneros, muestra una composición histórica que en líneas generales sigue el siguiente derrotero: al principio la Argentina no lograba conformarse como una república y desde mediados del siglo pasado comienza una laboriosa tarea para lograr la construcción del Estado Nacional y su inserción mundial. Tras ello, la maduración de un modelo asentado sobre el acercamiento a Gran Bretaña. Los cambios en los centros de poder mundial y la falta de adaptación ese modelo hicieron que el país dejase los senderos del desarrollo y el progreso y esa falla nos termina por desinsertar del mundo. Si bien en el trazo grueso -muy grueso- estamos de acuerdo, creemos que es en los detalles donde observamos que las diferencias existentes en la actualidad se proyectan sobre nuestro pasado. Un ejemplo es cuando se quiebra el modelo eurocéntrico del siglo diecinueve. Todos sabemos hoy que en la Primera Guerra Mundial empieza -desde una perspectiva más de época- el quiebre definitivo que se asienta en el crack del veintinueve, donde se configura la tendencia general y no antes. Es fácil achacar al pasado errores, cuando tenemos la ventaja de la perspectiva, y no ver como se configuraron las opciones en cada momento. Por eso debemos tener una visión precisamente más histórica de los problemas.

El siguiente artículo de Jorge Castro, es una reflexión prolija, inteligente y señera de dos aspectos básicos de nuestra política exterior: la relación con Estados Unidos y Brasil. Se indican los aspectos más sobresalientes aunque no se perciben las contradicciones existentes entre estas políticas y las tensiones que constantemente se generan entre ambos ámbitos.

El artículo de Felipe de la Balse es uno de los más equilibrados del texto, ya que calibra con mayor precisión los sucesos del pasado en relación con los orígenes de esta política, no sin un dejo de nostalgia sobre las políticas exteriores de fin de siglo pasado. Existen datos con los cuales no coincidimos, como la calificación de un período anterior, fijado entre 1943 y 1983, en el cual la Argentina se aleja de la inserción. Para nosotros esta crisis empieza en 1930 y la década infame es cuando los grupos conservadores en su mayoría optaron por el bilateralismo profundizado - reforzando la relación con Gran Bretaña cuando ésta perdía de manera evidente el poder mundial -. Sí nos parece acertado el inicio de un nuevo tipo de política exterior en el período iniciado en 1983, aunque deberíamos usar un plural, ya que existen sustanciales diferencias entre la política implementadas por Menem y Alfonsín.

El artículo de Escudé es el más militante, ya que pierde algunas de las variantes que enriquecen al artículo anterior. Se encierra en su remanida tesis sobre la conjura, avanzando en la idea de boicot angloamericano, cuando en realidad los ingleses hasta principios de los cincuenta seguían pujando con los americanos por no perder el control político en esta zona. Estas tesis conjurativas tienen una trama que termina mostrando en su análisis al gobierno de Alfonsín como si fuera comparable a Kadafi o Saddam Hussein. La descripción no se hace sobre blanco y negro sino sobre la percepción de la variedad de grises que existen entre políticas no tan asimilables como las considera el autor.

El trabajo de Jorge Bolívar es un intento por mostrar cuál es la identidad de la actual política exterior. No es una empresa sencilla. Esa política tiene un perfil particular, ya que produjo inflexiones importantes en nuestra inserción internacional, llevando a puntos de no retorno en un sinnúmero de hitos que nos quitan margen de maniobra, y nos llevan a un seguimiento de la política exterior norteamericana. Y en este aspecto radica su falta de identidad, ya que se mimetiza con el accionar estadounidense, en vez de tomar un perfil propio que nos permita avanzar hacia un destino que debemos construir nosotros como comunidad.

El artículo de Rosendo Fraga se refiere al nuevo concepto de hipótesis de conflicto con Brasil, Chile y Gran Bretaña. Está enmarcado en una correcta lectura de la realidad regional, en los importantes cambios acaecidos en el extremo sur del continente en los ochenta y noventa en Brasil y Chiley en el fin de disputas territoriales que nos aleja de los tradicionales enfrentamientos. En el restante conflicto, con los ingleses, se busca en el mediano y largo plazo su remoción a partir de cómo evoluciona la disputa territorial y la normalización de las relaciones entre ambos países.

El artículo de Fontana sobre Argentina y la seguridad internacional tiene en líneas generales un buen tratamiento del problema, estableciendo las transiciones, continuidades y discontinuidades de las políticas desde 1982, la búsqueda de un nuevo significado de seguridad en la pos Guerra Fría y los instrumentos para ella, como son la participación en la Guerra del Golfo, las cancelaciones de los proyectos misilísticos y nucleares y la participación en misiones de paz. En el aspecto regional tiene punto de contacto con el anterior artículo. Algunos de estos instrumentos permitieron pensar una política de seguridad distinta pero no se nos escapa que algunos disminuyen de manera notoria nuestra capacidad de decisión y atentan contra nuestras posibilidades futuras.

El último trabajo de Manuel Mora y Araujo es una explicación de cómo la población ve la política exterior, cómo la evalúa, y cuáles son sus deseos sobre la misma. Contiene datos singulares y de gran relevancia a la hora de pensar la percepción que los ciudadanos tienen de la política exterior y sobre todo una guía sobre lo que la gente quiere.

Como conclusión queremos volver a rescatar, mas allá de las críticas, el intento para consolidar o por polemizar sobre la propia imagen que tienen los autores de la política exterior, ya que el texto es un eje y una fuente inagotable para discutir y evaluar los destinos de nuestro país en el mundo.

 

Alejandro Simonoff

Master en Relaciones Internacionales (UNLP) CERPI - IRI

 

 Derecho Internacional Público

Bohdan Halajczuk - María Teresa del R. Moya Domínguez

Ediar, Bs. As. 1999

 

Esta obra llega a su tercera edición, veintisiete años después de que se hubiere publicado la primera; naturalmente, la evolución del derecho y las relaciones internacionales han marcado un alto desafío, al cual los autores respondieron con solvencia en su trabajo de actualización.

 El derecho internacional público ya no es el mismo de la década de los setenta, la codificación internacional se encuentra mucho más consolidada, el individuo ha adquirido un protagonismo enfático de la mano de la protección internacional de los derechos humanos, el paradigma sobre el cual se basaba el régimen jurídico de los mares se ha invertido, la responsabilidad internacional del Estado posee nuevos contornos, y el fenómeno de la organización internacional domina la escena. Todo ello es considerado por los autores en el libro, sin dejar de utilizar el rico bagaje ofrecido por el derecho internacional clásico.

 La obra se encuentra dividida en siete capítulos, donde se aborda el marco doctrinal, los sujetos y órganos del derecho internacional, las competencias, el individuo, el derecho internacional institucionalizado, las controversias internacionales y un capítulo final de conclusiones. La división toma el eje trabajado en la primeras dos anteriores ediciones del libro, y se actualiza en cuanto a conceptos y contenidos, bajo las líneas combinadas que siguen los tradicionales manuales franceses y españoles de derecho internacional público de la presente década.

 Cada capítulo se encuentra dividido a su vez en secciones, que cuentan con la ventaja de poseer una explicación breve de su contenido, antes del desarrollo de los acápites correspondientes.

 El capítulo primero dibuja el marco doctrinal para el estudio de la disciplina, con una introducción metodológica, un análisis de las relaciones entre el derecho interno y el derecho internacional, para pasar luego al estudio de las diversas fuentes (clásicas y contemporáneas) del derecho internacional, destacando finalmente al derecho internacional convencional y a los actos unilaterales de los Estados.

 El capítulo segundo estudia a los sujetos y actores del derecho internacional, se analizan al Estado, las asociaciones interestatales, algunas entidades no estatales, los nuevos sujetos del derecho internacional, las organizaciones internacionales y supranacionales, y sujetos controvertidos. Lugo, el capítulo aborda a los órganos, sujetos fundamentales, la dinámica del Estado y el reconocimiento de los nuevos Estados. El individuo como sujeto del derecho internacional no es considerado aquí, habiendo preferido los autores estudiarlo en conjunto con toda la problemática atinente a la protección internacional de la persona humana, en el capítulo cuarto.

 En el capítulo tercero se trabaja con las competencias en el derecho internacional. Las teorías sobre el territorio, un análisis del territorio de la república Argentina, un desarrollo sobre las comunicaciones a través del territorio, el derecho internacional del mar, el derecho internacional en torno al espacio aéreo y ultraterrestre, y la responsabilidad, son los ejes escogidos para el desarrollo

 En el capítulo cuarto, durante tres secciones que estudian la nacionalidad, la protección internacional (con destaque de los diferentes instrumentos internacionales de protección a los derechos humanos) y la subjetividad internacional de la persona humana, se abordan las distintas posiciones del individuo en el derecho internacional.

 El capítulo quinto abre las puertas al fenómeno de las organizaciones internacionales. Así, las Naciones Unidas, el regionalismo, particularmente la Organización de los Estados Americanos, son estudiadas en su composición y funcionamiento.

 Las controversias internacionales, presentes a lo largo de toda la historia, forman parte del cuerpo del capítulo sexto del manual. Por ello, el capítulo sexto comienza con las teorías e instrumentos de solución pacífica, para pasar a las diferentes medidas que se toman por parte de la comunidad internacional: las sanciones internacionales y la legítima defensa. Luego, el capítulo estudia la guerra, las normas que rigen las hostilidades y la neutralidad, para finalizar con las luchas civiles.

 El último capítulo, a pesar de llevar como título "conclusiones", sigue siendo analítico en varios aspectos, particularmente en la sección segunda dedicada al derecho comunitario. Se completa con una evolución del derecho internacional, y de las relaciones internacionales.

 En todos los capítulos se analizan los textos jurídicos más importantes atinente a cada tema escogido, y se remite a bibliografía y estudios que poseen actualidad.

 Este libro, está destinado a estudiantes de grado que deseen iniciarse en derecho internacional público. Cumple acabadamente su cometido, pero además, las estrictas referencias bibliográficas y la actualización obtenida, también serán de ayuda para estudiantes de posgrado y docentes de la disciplina.

 Fabián Salvioli

Profesor adjunto Derecho Internacional Público, Cátedra II, UNLP.