Revista de Relaciones Internacionales Nro. 6
Lecturas
CUADERNOS DE SARAJEVO.Madrid, El País-Aguilar, 1993.
Goytisolo es uno de los escritores más importantes de la España actual. El presente libro es el producto de su viaje como corresponsal del diario madrileño "El País" al conflicto balcánico.
En él se relata lo visto y oído en el verano europeo de 1993 en la sitiada ciudad de Sarajevo -la ratonera, como la llama el autor-. Más allá de la crónica, la cuestión que recorre el texto es la relación de un europeo -de sólida formación humanista-, frente a una política -la de la barbarie de la que no escapan ni sitiadores, ni los organismos internacionales, ni las potencias que operan allí-, que merece ser denunciada con todas las fuerzas como él lo hace.
Es, sin lugar a dudas, un "viaje a la barbarie" como lo indica en su subtítulo. La relación entre los europeos y la barbarie, que en el siglo XIX parecía algo alejado a zonas periféricas, comenzó a hacerse presente en su suelo con el siglo XX, en donde las dimensiones del horror fueron rotas, siempre más allá de lo pensado (el hundimiento del Titanic, los gases tóxicos, el fascismo, los campos de concentración...), pero durante la Guerra Fría para los occidentales el horror volvió a ser patrimonio de otros (el gulag el mundo soviético y las prisiones de alejados pases del Tercer Mundo). Pero hoy, vuelve a hacerse presente con este nuevo crimen de Sarajevo, como un hecho reciclado del pasado, alejando las esperanzas de algunos de sepultar a la historia por el triunfo del mercado.
Recorre en su crónica las múltiples alternativas de los sitiados y la impotente (o la complaciente?) actitud de las potencias y los organismos internacionales ante un fundamentalismo que no es islámico sino paneslavo. Este fundamentalismo, irracional y fanático, que justifica una "purificación étnica" en nombre de los peligros del Islam.
Uno no puede dejar de sentir la adhesión hacia los sitiados de Sarajevo - y sobre todo por la experiencia multicultural que esta ciudad significa-, y hacerse eco de la proclama de Goytisolo: "sin la solidaridad internacional, la ciudad corre el riesgo de seguir cercada, atormentada y dividida por los agresores..." Nos reclama la necesidad de replantear nuestro humanismo, no sólo para salvar a las víctimas del asedio sino para salvarnos todos.
La constante búsqueda de situaciones que se repiten, y de las que tenemos algo que aprender, se expresa en la comparación de la actual situación de los serbios con las pretensiones hitlerianas sobre Checoeslovaquia, Austria y Polonia o la Guerra Civil Española y la actuación de las potencias en aquellos momentos y en este. Si la historia se repite, pero además aparece primero como tragedia y luego como farsa, esta farsa nos hace pensar que de todo el siglo veinte hemos aprendido muy poco.
PROF. ALEJANDRO SIMONOFF
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación
Universidad Nacional de la Plata
"NUESTRO HOGAR, EL PLANETA"
La Práctica de la Solidaridad para la Supervivencia
Shridath Ramphal
Título original: "Our Country, The Planet" - Ed. Ecofund'92
Editorial Planeta Argentina- Buenos Aires - 1993 (313 pags.)
Nuestro Hogar, el Planeta es una obra con la particular virtud de ser recomendable tanto para especialistas en medio ambiente como para quienes desee información sobre las principales cuestiones ambientales que hoy reclaman y reconocen la mayor atención científica y política a escala internacional. Tiene también la virtud de combinar la enorme capacidad y experiencia de Ramphal -apoyada en particular en este trabajo por un equipo de expertos- con los datos e información científica más recientes sobre el estado actual de deterioro del planeta. Muestra con ello la importancia de la información y el diagnóstico científico no sólo en temas ambientales sino políticos y económicos.
Ramphal, Secretario General del Commonwealth Británico entre 1975 y 1990, miembro de las cinco Comisiones internacionales independientes -entre ellas la Comisión Independiente Brandt sobre Desarrollo Internacional y la Comisión Brundtland sobre Medio Ambiente y Desarrollo- y ex presidente de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN) entre los años 1990 y 1994, vuelca toda su experiencia personal combinándola con los últimos aportes de la investigación científica tanto en materia de descripción y diagnóstico del actual grado de deterioro planetario como de soluciones proyectadas por los expertos de Naciones Unidas y otros organismos internacionales. Efectúa un serio y didáctico inventario de los temas más urgentes para la subsistencia del planeta: la contaminación atmosférica, hídrica y de los suelos, las consecuencias de la desertificación y de la acumulación de los desechos y residuos tóxicos o peligrosos, la biodiversidad, los cambios climáticos, la destrucción de la capa de ozono entre varios otros; realizando luego una evaluación de las responsabilidades que caben al Norte y al Sur, a partir del modelo de desarrollo predominante y los niveles de consumo en ambos hemisferios. Conforme los beneficios obtenidos en los procesos de crecimiento económico del Norte y los daños producidos a la naturaleza, éste debe contribuir -plantea- asistiendo a los países del Sur para que las necesarias restricciones ambientales actuales no comprometan su desarrollo.
Finalmente, lo más substancioso de su propuesta: con un criterio profundamente realista expone su ética de la supervivencia y la posibilidad de un cambio esclarecido. La primera implica ayuda para el mundo en desarrollo y restricción del consumo de las naciones industrializadas -principalmente los EE UU-. Reconociendo un piso mínimo en los intereses de estas hacia aquéllas: estabilidad y democracia, para permitir el uso eficaz de la ayuda, plantea la necesidad de que los Estados Unidos, Japón y las naciones industriales europeas participen al sostenimiento de las exigencias económicas mínimas del desarrollo sustentable, para evitar una probable ruptura de las relaciones Norte-Sur. Se pregunta también si estarán dispuestos los pueblos de las naciones industriales, en particular el norteamericano, tributario de los mayores índices de contaminación/consumo a aceptar un estilo de vida más modesto.
Su realismo se asienta en que por encima de cualquier otro interés se halla el de la supervivencia humana. "El deseo de una dimensión ética de la conducta humana -dice Ramphal- sin duda no es nuevo, ni tampoco es patrimonio de las mentes no sintonizadas con las realidades políticas". Citando a Adlai Stevenson, quien se planteaba la necesidad de encontrar una ética para la supervivencia bajo la sombra del temor y el horror del holocausto nuclear, afirma que hoy la sombra del temor es causada menos por la posibilidad de un holocausto nuclear que por la perspectiva de un desastre ambiental, por lo que la necesidad de una ética para la supervivencia sigue siendo igualmente desesperada. La paradoja de su realismo reside también en reconocer que la amenaza no procede de hostiles fuerzas de la naturaleza enfrentadas a la raza humana sino del poder que el genio humano nos ha concedido sobre la naturaleza misma; pues la amenaza para la naturaleza humana procede ahora de nosotros mismos. La ética para la supervivencia implica también la imposibilidad de salvarnos sólos: el destino de los otros es también el nuestro; en ello reside la única alianza global posible para la vida sostenible. Y aún destaca en este nuevo concepto de pertenencia la necesidad de una visión realista: los Estados-Nación siguen siendo la unidad esencial para la organización de la sociedad humana y la conducción de sus asuntos. No se trata del reemplazo de los gobiernos de las naciones por uno global, sino de la conciencia de ser ciudadanos de una nación y habitantes del planeta; es decir de una doble ciudadanía.
Ramphal anticipa e impugna una primer respuesta: el salir del paso. Lo que él considera será un primer intento de los países ricos por elaborar una respuesta ad hoc, probablemente escasa y de manejo de la crisis antes que de prevención y propone un cambio esclarecido: la aceptación de los países del Norte de la necesidad de la humanidad de asistencia mutua y la financiación a nivel global de un gran programa para aliviar los problemas de la pobreza y producir un desarrollo sostenible a nivel global, como única respuesta racional posible para evitar un posible futuro colapso en las relaciones Norte-Sur en los años futuros.
El protagonismo del Sur consiste hoy en concertar y lograr una activa participación del Norte, actuando ambos aún en su propio interés, impidiendo los desastres naturales del actual rumbo del desarrollo.
Dr. Edgardo Daniel Paltrinieri
Especialista en Relaciones Internacionales. Profesor Titular de Política Exterior Argentina en las Licenciaturas en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales - U.C.A.L.P.
HACIA EL SIGLO XXI
PAUL KENNEDY
Editorial Plaza y Janés, Buenos Aires, 1993, 480 págs.
Título Original: "Preparing for the twenty-first century" Ed. Random House, New York.
Entre Europa y Somalía hay una distancia de no menos de diez horas de vuelo. Sin embargo la brecha existente en el terreno económico-social es abismal. De qué manera los países industrializados ayudarán a los Estados africanos para salir de la pobreza?. Así comenzó su reflexión, el profesor Paul Kennedy, catedrático de la Universidad de Yale, en la presentación de su nuevo libro, "Hacia el siglo XXI", en el aula magna de la Universitá Commerciale Luigi Bocconi, de Milán ante una nutrida audiencia.
El autor ganó notoriedad en el mundillo de las ciencias sociales y económicas con su trabajo, considerado un clásico, en las relaciones internacionales "Auge y caída de las grandes potencias".
En esa oportunidad analizaba la decadencia del Estado-nación como actor central de los asuntos internacionales. En esta nueva propuesta los actores centrales del mundo que viene son: la explosión demográfica y los problemas ambientales.
Kennedy se pregunta, cómo será el mundo a fin de siglo?. No tiene una respuesta optimista. Analiza ciertas fuerzas mayores que actúan en favor del cambio que se cierne sobre nuestro mundo. La interconexión entre el aumento poblacional y la creciente migración legal e ilegal de los países subdesarrollados a los industrializados en busca de nuevas oportunidades laborales.
El impacto de la Revolución Tecnológica y la puesta en marcha de un nuevo paradigma técnico-económico y su relación con la demanda global de trabajo, levantan una barrera difícil de trasponer. Para los países de agricultura tropical con mano de obra barata, observan que los productos que elaboran no tienen mercado. El proteccionismo cierra sus fronteras para la colocación de determinados cultivos. Esta situación contrasta con la agricultura orgánica y biotecnológica donde la robotización acelera la reducción, pero la amenaza seriamente. Dónde producirá en este nuevo escenario, ganadores y perdedores?
El autor se plantea la siguiente hipótesis: De qué modo puede una sociedad "prepararse" mejor para la llegada del siglo XXI?. El interrogante resulta, por cierto, más valedero que el referido a quién será el número uno en el 2050.
Para predecir el colapso demográfico, retoma la teoría de Thomas Malthus en 1798, conocido pensador que anunciaba en sus escritos, que la humanidad en las postrimerías del siglo XXI, iba a enfrentar uno de los dramas del mundo: la creciente y acelerada multiplicación de la población. Kennedy, le asigna en toda su obra, la importancia y el impacto que tuvo Malthus para predecir dicha teoría. Su proyección en el tiempo obrará como fuerza de cambio.
Las regiones del planeta son tema de análisis en la óptica de Kennedy. A su entender Japón sólo puede acercarse al próximo siglo con cauteloso optimismo, a pesar del cambio tecnológico operado, en los últimos tiempos. Con cierto optimismo estudia la cultura China y de la India. Dos colosos con un enorme potencial demográfico y natural. Sus proyecciones a largo plazo aseguran, especialmente a China, como la nación con mayores posibilidades de mantener un equilibrio entre la población y su crecimiento económico. Con respecto al mundo en desarrollo, su atención se centra en América Latina. Describe las diferencias entre las distintas culturas y ante un mosaico socio-económico muy asimétrico. Le dedica un párrafo a la Argentina: "tenía hacia 1900 un nivel de vida óptimo y una economía desarrollada".
Posteriormente su decadencia, que coincide con la de la región. Sus problemas políticos, institucionales y económicos fueron los escollos para el atraso latinoamericano.
Señala la experiencia por las que están atravesando México, Argentina, Chile, Venezuela. Por lo que todavía es incierto saber si estos cambios serán suficientes, dado que las nuevas democracias todavía enfrentan algunos flagelos en materia económica.
Respecto de la ex-URSS observa que las reformas son lentas. Por el lado de Europa, si logra superar sus políticas individualistas, y asume un cuerpo orgánico, aunque esté establecido, "el siglo que viene será más gentil que el actual". Un continene con muchos desafíos.
Con Estados Unidos su posición es muy crítica. Enuncia los varios problemas que enfrenta la sociedad norteamericana, que a su juicio vivirá un cambio en sus estructuras. El reto es no dormirse ante la nueva competencia mundial, "mientras el mundo se expande y cambia todavía estamos a tiempo", sentencia Kennedy.
Un exhaustivo análisis del mundo que viene. Ofrece un debate racional sobre el futuro de la humanidad.
Martín A. Morgante
Facultad de Ciencias Económicas
Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación
Universidad Nacional de La Plata