Los lazos de amor: violencia racional y dominación erótica
DOI:
https://doi.org/10.24215/24689831e018Resumo
Los lazos de amor: violencia racional y dominación erótica.
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2.Me refiero aquí a la matriz de pensamiento que ha abordado la cuestión de la maternidad de las mujeres, incluyendo, sobre todo, el trabajo de Nancy Chodorow, The Reproduction of Mothering: Psychoanalysis and the Sociology of Gender (Berkeley: University of California Press, 1978); Dorothy Dinnerstein, The Mermaid and the Minotaur: Sexual Arrangements and Human Malaise (New York: Harper and Row, 1976); y Adrienne Rich, Of Woman Born: Motherhood as Experience and Institution (New York: W. W. Norton, 1976). Véase también a Jessie Bernard, The Future of Motherhood (New York: Dial Press, 1974) para una síntesis de la numerosa literatura relevante. El pensamiento de Chodorow ha sido especialmente importante para mí, porque me sugirió la exploración de la teoría de las relaciones de objeto, una tendencia en el pensamiento psicoanalítico en la que me referencio significativamente. El marco teórico más amplio que contribuye a mi análisis es la teoría crítica de la escuela Frankfurt. Para una discusión de su importancia para el feminismo, véase Jessica Benjamin, "Authority and the Family Revisited; or, A World Without Fathers", New German Critique 4, no. 3 (Winter 1978): 35-57. Los comentarios de Evelyn Keller y Jane Lazarre también fueron particularmente útiles en la formulación de este documento, al igual que las sugerencias editoriales de Hester Eisenstein. El artículo fue entregado en The Scholar and the Feminist VI Conference (Barnard College) sobre The Future of Difference, Abril de 1979.
3.Margaret Mahler, Fred Pine, and Anni Bergman, The Psychological Birth of the Human Infant (New York: Basic Books, 1975). Probablemente, más que cualquier otra escritora contemporánea, el trabajo de Mahler es el que más profundamente ha influenciado al pensamiento psicoanalítico sobre la infancia y ha alcanzado ampliamente audiencias populares. Sin embargo, muchos otros investigadores en el campo de la infancia no comparten su posición.
4. Sobre violación, véase Susan Brownmiller, Against Our Will: Men, Women and Rape (New York: Simon and Schuster, 1975).
5. Pauline Reage, The Story of O, traducido por S. d'Estree (New York: Grove Press, 1965). En cuanto a la mayor relevancia de este estudio para la imaginación pornográfica o la fantasía sadomasoquista, el mejor testimonio es probablemente el poder del texto y el reconocimiento excesivamente amplio que recibió. De hecho, los críticos feministas a veces han confundido The Story of O con una afirmación de la degradación femenina; véase, por ejemplo, Andrea Dworkin, "Woman as Victim: Story of O", Feminist Studies 2, no. 1 (1974): 107-111. También contribuye, Nine and a Half Weeks de Elizabeth McNeill (New York: Dutton, 1978), un relato de temática sadomasoquista ostensiblemente auténtico escrito por la mujer participante, describe una especie de dependencia psíquica servil asombrosamente similar a la de ‘O’.
6. Nancy Chodorow, "Difference, Relation and Gender in Psychoanalytic Perspective", Socialist Review 9, no. 4 (July-August 1979): 51-70. También véase Chodorow, Reproduction of Mothering, y Evelyn Fox Keller, "Gender and Science", Psychoanalysis and Contemgorary Thought 1, no. 3 (1978): 409-53.
7.La formulación de Simone de Beauvoir de la mujer como lo Otro, en The Second Sex (New York: Vintage, 1974) obviamente es el punto de partida crucial para el análisis de la relación sujeto-otro, ya que se aplica a mujeres y varones. Aunque su trabajo ha influenciado fuertemente este ensayo, no utilizo necesariamente su concepto de la alteridad cuando aquí utilizo el término "otro". De Beauvoir lo utiliza para referirse a la exclusión, rechazo y objetivación de la mujer por parte de los varones, y yo la utilizo para referirme más generalmente a la hipotética confrontación del yo con otro sujeto, que puede o no incluir estos elementos.
8. Jane Flax, "The Conflict Between Nurturance and Autonomy in Mother-Daughter Relationships and Within Feminism," Feminist Studies 4, no. 2 (June 1978): 171-91. Argumenta que las madres se identifican más fuertemente con sus hijas y así inhiben su separación.
9. Chodorow, "Difference, Relation and Gender".
10. Keller, "Gender and Science".
11. Esto no pretende ser un modelo causal en el que las disposiciones psíquicas produzcan condiciones sociales. Estoy asumiendo una relación entre las condiciones sociales y culturales de la maternidad y la forma en que los niños se diferencian, entre los conflictos específicos de la experiencia de la diferenciación y la mentalidad o visión del mundo de las personas en una cultura determinada. Sin embargo, no estoy proponiendo un esquema para estas relaciones; por ejemplo, que exista una línea causal que comienza en las relaciones de producción, se traslada a las relaciones de reproducción, a prácticas de socialización particulares, culminando finalmente en un tipo particular de personalidad. Más bien quiero identificar ciertos temas o conflictos que se repiten en diferentes niveles de organización social, experiencias y relaciones. En este caso, me interesa el tema de la racionalidad y los conflictos en torno a la autonomía y el reconocimiento.
12. Keller, "Gender and Science", p. 424.
13. Christa Wolf, "Self-Experiment", New German Critique, no. 13 (Winter 1978): 109-32. En esta historia, una mujer científica experimenta un cambio de sexo. Cuando su jefe, el principal investigador, le pregunta cómo se siente ahora que es un hombre, da una contestación contundente. Su respuesta, impactante, es "¡¿y vos?!"
14. Este síndrome, en el que la diferenciación se logra sólo a nivel cognitivo y consciente, ocultando un sentido desesperado de que nadie está realmente "allí", probablemente ha sido mejor descrito y discutido por R. D. Laing, en The Divided Self (Middlesex: Penguin, 1969). Laing señala que cierto monto de despersonalización, es decir, tratar al otro como un "robot androide" en lugar de otro sujeto; se considera normal y deseable en nuestra cultura (p.47). Los trastornos narcisistas graves, que están recibiendo cada vez más atención entre los clínicos, también implican una incapacidad para experimentar a los demás como algo más que objetos manipulables o resistentes en el mundo del yo.
15. Una variedad de psicólogos y psicoanalistas abrazan esta visión de cómo se desarrolla la individualidad. Por ejemplo, los desarrollistas se refieren a un sentido de efectividad o de eficacia. Véase R. Schaffer, Mothering (Cambridge: Harvard University Press, 1977); y M. D. S. Ainsworth y S. M. Bell, "Mother-Infant Interaction and the Development of Competence," en The Growth of Competence, ed. K. Connelly and Jerome Bruner (New York: Academic Press, 1974), pp. 97-118. El psicoanalista D. W. Winnicott escribe sobre el reconocimiento parental de los "gestos espontáneos" del bebé en "Ego Distortion in Terms of True and False Self?', en Maturational Processes and the Facilitating Environment (New York: International Universities Press, 1965), pp. 140-52. Para una declaración más completa sobre la necesidad de reconocer su sentido de agencia y autoría, véase Jessica Benjamin, Internalization and Instrumental Culture: A Reinterpretation of Psychoanalysis and Social Theory (Ph.D. diss., New York University, 1978).
16. G.W . F. Hegel", The Independence and Dependence of Self-Consciousness: Master and Slave", chap. 4. A., The Phenomenology of Spirit (Hamburg: Felix Meiner, 1952), pp. 141-50. Al utilizar Hegel para tal análisis, estoy por supuesto permitiéndome la libertad de interpretar imprecisamente. Mi uso está influenciado por Introduction to the Reading of Hegel de Alexandre Kojeve (New York: Basic Books, 1969), especialmente el cap. 1.
17. Esta idea de una etapa primitiva y mágica del pensamiento, que corresponde a la experiencia de la "omnipotencia de pensamientos", fue desarrollada por Freud como una elaboración posterior de su concepto de narcisismo (es decir, que el yo es primero indiferente y luego hostil al mundo exterior), tal como se definió en el ensayo de 1915,"Instincts and Their Vicissitudes", en Sigmund Freud, General Psychological Theory, ed. P. Reiff (New York: Macmillan, Collier, 1963), pp. 83-103. A esto suele referirse generalmente como narcisismo primario. Mahler postula que inicialmente el niño está en un estado de absoluto narcisismo primario o "autismo normal" (Mahler, Pine, and Bergman, Psychological Birth, p. 42).
18. Georges Bataille, Death and Sensuality (New York: Walker and Company, 1962).
19. Georges Bataille, "Hemingway in the Light of Hegel", Semiotexte 2, no. 2 (1976): 1.
20. Véase de Beauvoir, The Second Sex, pp. 444-46. En su exposición sobre la mujer enamorada, Beauvoir describe el entusiasmo religioso de "abolir los propios límites que la separan de su amante" -un entusiasmo que inspira a la mujer enamorada del hombre y a la mujer enamorada de Dios-, pero distingue esta "unión extática" del masoquismo, aunque puede degenerarse en autodestrucción y la destrucción para la mujer.
21. Rage, The Story of O, pp. 15-17.
22. Gayle Rubin ofrece una teoría más general del falo como símbolo y mediación del deseo masculino, en "The Traffic in Women: Notes on the 'Political Economy' of sex," en Toward an Anthropology of Women, ed. Rayna R. Reiter (New York: Monthly Review Press, 1975), pp. 157-210.
23. Chodorow, "Difference, Relation and Gender".
24. Rage, The Story of O, p. 152.
25. Véase Leo Bersani, Baudelaire and Freud (Berkeley: University of California Press, 1977), p. 77. Bersani muestra cómo la poesía de Baudelaire se mueve cada vez más desde la fantasía del deseo a través de la violencia hacia la muerte (asesinato), ilustrando perfectamente el agotamiento de la sensación del sádico.
26. Como decía Beauvoir, la verdadera violación que la joven imagina sería terrible si de hecho sucediera. Esto se debe a que en la imaginación la violencia sigue bajo control, mientras que en la realidad está fuera de control.
27. Los pronombres de género se usan aquí para mayor claridad, pero de ninguna manera expresan un conjunto inevitable de roles.
28. Lacan, por ejemplo, toma de esta suposición su análisis del ego, y con él la inevitabilidad de una diferenciación falsa; véase Jacques Lacan, "The Mirror Stage as Formative in the Function of the I", trads J. Roussel, New Left Review no. 51 (1968): 71-77. Las consecuencias de este análisis se hacen evidentes cuando son adoptadas por las feministas, como en el trabajo de Juliet Mitchell, Psychoanalysis and Feminism (New York: Pantheon, 1974), donde la Ley del Padre es vista como un requisito previo inevitable para el desarrollo y la diferenciación.
29. Freud, "Instincts and Their Vicissitudes", pp. 91-92.
30. Ibid.
31. D. W. Winnicott, "The Use of an Object and Relation Through Identifications," in Playing and Reality (Middlesex: Penguin, 1974), pp. 101-11.
32. Ibid., p. 106. Winnicott también señala que lo que realmente se encuentra desarrollando es una idea de cómo el sujeto se relaciona con la realidad, completamente diferente de la del pensamiento psicoanalítico clásico. "A partir de ahora, en esta etapa alcanzada, los mecanismos proyectivos ayudan al acto de darse cuenta de lo que está allí, pero no son la razón por la que el objeto está ahí (...) Esto es una alternativa a la teoría que tiende a una concepción de la realidad externa sólo en términos de los mecanismos proyectivos del individuo". Añadiría que en la teoría de Freud, no hay descubrimiento de la realidad o del otro como un sujeto emocional; sólo hay una conciencia cognitiva o funcional de los demás. Ese sentido elevado de la vivacidad que acompaña al reconocimiento de otro sujeto entra en la teoría de Freud de manera periférica, en todo caso, sólo en sus comentarios sobre el amor. No percibe el problema de la realidad intersubjetiva en sí misma.
33. Ibid., p. 110: "No hay ira en la destrucción del objeto al que me estoy refiriendo, aunque se podría decir que hay alegría por la supervivencia del objeto". Extiendo el argumento de Winnicott diciendo que si el objeto no puede sobrevivir, entonces la ira se convierte en una característica de la destrucción, y la destructividad se vuelve real.
34. Creo que se podría decir mucho más respecto de la forma en que el propio sentimiento de ser tan ineficaz como para no poder dañar a alguien es responsable de un comportamiento destructivo y violento. Comienza con la impermeabilidad del otro.
35. Una noción crucial para mi perspectiva teórica aquí, y que surge de la teoría de las relaciones objetales de W. R. Fairbairn, es que ciertos procesos que Freud vio como necesariamente constitutivos del yo son en realidad defensas. Véase su teoría de las relaciones objetales W. R. D. Fairbairn, Psychoanalytic Studies of the Personality (London: Routledge Kegan & Paul, 1952).
36. La definición más extensa de Weber sobre Zweckrationalitaet, es traducida de manera diversa como racionalidad instrumental o de objetivos, aparece en Economy and Society, ed. G. Roth and C. Wittich, trads. E. Fischoff y otros (New York: Bedminister Press, 1968).
37. Véase mi discusión sobre cultura instrumental en "Authority and the Family Revisited".
38. Pienso que Dinnerstein, quien sugiere con toda razón la medida en que el poder materno sobre la vida y la muerte es resentido por el niño y por todos los varones, descuida el grado en que al ejercer su propia autonomía la propia desventaja de la madre podría resentir al uso del poder materno.
39. Barbara Ehrenreich and Deirdre English, For Her Own Good: 150 Years of the Experts' Advice to Women (Garden City, N.J.: Doubleday, 1978), es una reciente contribución importante al estudio de cómo las normas instrumentales y universales en torno al desempeño se imponen a las mujeres en su calidad de madres. Véase también mi artículo "Authority and the Family Revisited"; y Sara Ruddick, "Maternal Thinking," Feminist Studies (próximo).
40. Gayle Rubin (en conversación personal) ha sugerido, sobre la base de su investigación de campo y las discusiones en la prensa masculina homosexual, que los masoquistas superan con mucho a los sádicos.
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