Cuerpo, salud mental y encierro
Resumen
Para nombrar a la población con la que trabajo, el lenguaje judicial propone la sigla PPL (Persona Privada de la Libertad). Agradecemos el recordatorio de la primera palabra de la sigla, pero como en toda abreviatura inentendible, lava su sentido, se pierde. Decirle “detenid-s” me parece injusto, sé de sus enormes movimientos internos. “Pres-s” me parece crudo, realista, pero de esta forma se olvida el sujeto multifacético que hay en cada una de las personas allí alojadas. De nuevo una palabra que hace ruido en este contexto: alojada, como si el sistema carcelario supiera alojar. Si pretendemos precisión semántica no hay lengua que se adapte sin fricción a este universo. Con esa trampa voy a intentar contar mi experiencia como tallerista de arte en el marco de Salud Mental en contexto de encierro.
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Derechos de autor 2025 Julieta Priegue

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