Definiciones y debates en torno a la formación de posgrados

Resumen

El taller “posgrado: definiciones y debates en torno a la formación de posgrados” se proponía como objetivos realizar recorridos y análisis de la situación actual de los posgrados en el país y en la UNLP particularmente. A su vez se buscaba profundizar en posibles análisis de las proyecciones y dificultades de la formación de becarixs de la UNLP.

Aurelia Di Bernardino comienza el taller presentándose como prosecretaria de posgrado de la UNLP durante la pandemia y la “post- pandemia” y marca este dato como algo relevante ya que encontrarse en un lugar de gestión puede realizar algunas lecturas comparativas de lo que implicó la formación en posgrado.

Antes de realizar estas lecturas, marcó unos puntos aclaratorios respecto a la formación de posgrado tales como: entender al posgrado como una instancia más de la formación permanente y comprender a la educación como un derecho humano y como un bien social en el cual entra la educación en posgrado.

También tomó la palabra a una estudiante del doctorado de la Facultad de Ciencias Agrarias que relató su experiencia que ve una gran complementariedad entre su formación en posgrado y su ejercicio docente de la misma facultad. Relata que el 2017 pudo finalizar la especialización en educación superior y qué unos años atrás tuvo que abandonar una maestría por diferentes motivos que plantea como personales. Ella plantea que su trayectoria por el posgrado de la UNLP fue bastante “particular”. En ese momento, la tallerista trae algunas estadísticas de la UNLP que marcan que situaciones como las planteadas, lejos están de ser casos aislados y particulares.

En este momento hace un fuerte énfasis en la idea de que les estudiantes del posgrado deben solicitar el Programa de Permanencia (PEP) destinado a que les estudiantes puedan continuar con sus trayectorias y construir la posibilidad de que puedan egresar. La tallerista sostiene que el programa tiene por objetivo fortalecer el vínculo de la UNLP con profesionales que no pudieron terminar el posgrado.

En el siguiente momento, la tallerista realiza una breve caracterización de la matrícula de los posgrados, marcando la fuerte imbricación entre el posgrado y la docencia, a la vez qué con las ramas de investigación y extensión.

Por otro lado menciona que no hay una idea centralista del posgrado, es decir algo que se unifique en las decisiones de la Presidencia de la UNLP, sino que cada unidad académica define y motoriza los posgrados que creen conveniente. Algo que destaca que no es necesariamente positivo o negativo, sino que trae complejidades cualquiera de los dos escenarios y se detiene a describir solamente esa perspectiva descentralizada.

En otros elementos que trae relevantes son las reglamentaciones que regulan a los posgrados, menciona que son regulaciones nacionales que dependen del Ministerio de Educación. Menciona allí las horas que
demandan los doctorados y las maestrías, y marca como dato relevante que ambas instancias con diferentes jerarquías llevan una carga horaria bastante similar, abriendo aquí un interrogante para próximas reflexiones.

Retomando su análisis comparativo entre lo que es su rol de gestora durante la pandemia y la “post- pandemia”, puede realizar un balance bastante positivo del posgrado durante la virtualización ya qué permitió que muchxs puedan egresar de los posgrados y que se adaptó a la vida de mucho de sus estudiantes que ya son profesionales con diferentes trabajos que muchas veces dificultan el desenvolvimiento de sus trayectorias, a su vez, parte de este balance positivo se debe a que la composición también abarcaba tanto estudiantes de otros países como de otras provincias de la Argentina. Interrogando a la actualidad, menciona que ahora se abre el debate sobre los desafíos que implica esta virtualización.

Otro de los debates que menciona que se abre para el posgrado es su internacionalización, debido a que se tiene como objetivos que el título se pueda presentar en el exterior y que las discusiones sean transversales a los diversos territorios, incluyendo los aspectos culturales, sociales, políticos, económicos de cada región. Sin embargo, se tiene como principal obstáculo la heterogeneidad que existe hacia adentro del país en cada Universidad Nacional. En este punto caracteriza esquemáticamente los posgrados en Estados Unidos de índole más mercantilista y los de Europa como más academicistas. En este escenario los posgrados de América Latina conforman un híbrido entre estos dos modelos.

La tallerista agrega unas variables para pensar las especializaciones, maestrías y doctorados. Se plantea que en relación al posgrado, las especializaciones tienen mayor egreso, a comparación de las maestrías y de los doctorados, dado que estos últimos demandan mucha carga horaria. A su vez, en las especializaciones se da una fuerte vinculación entre el trayecto formativo y el trabajo final. Sin embargo, esto no sucede en maestrías y doctorados por las cargas horarias. 

Se plantean una serie de dificultades para analizar el funcionamiento del posgrado: El no tener limitaciones monetarias; la banda horaria del que disponen los estudiantes, encontrándose muchas veces sin bandas horarias lo imposibilita el seguir cursando; la estructuración de los planes de estudio, dado que la deserción se visibiliza al final, presentándose una desconexión entre los años de cursada y el trayecto final del recorrido.

Por último, creemos que estas aseveraciones nos orientan a seguir pensando el posgrado en términos de horizonte educativo. Que lejos de profundizar problemáticas dentro de la formación del posgrado, se orienta a visibilizar cuáles son los objetivos a trabajar de cara a los próximos años.