Comunicación de la ciencia: Investigamos y queremos contarlo. Estrategias y prácticas de comunicación de las ciencias

Autores/as

  • Lautaro Larralde
  • Alvaro Aberastegui

Resumen

Desarrollada por Adela Ruiz, Dir. de Publicaciones Científicas de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social (UNLP), junto a Gabriel Merino, Dir. De Visibilización de la Producción Científica y Académica de la UNLP; contando además con la coordinación de Rosana Viñas, esta actividad se centró en explicar los pormenores del proceso de producción, publicación y edición a desarrollarse ante cada publicación científica académica. El trabajo de ambos exponentes y las

intervenciones de los/as asistentes, logró presentar un panorama realmente claro de cómo encarar una tentativa de publicación científica.

En la primera parte, Adela Ruiz explicó qué distingue a una revista científica dentro del universo de las publicaciones: el arbitraje por pares, además del tenor inédito y original del contenido a publicar.

Se elaboraron lineamientos a tener en cuenta a la hora de escoger la revista donde intentar publicar una producción propia, como son: el enfoque y alcance, dinámica de derechos de autoría, los recursos disponibles, las bases de datos, las indexaciones, la visión editorial, qué tipo de convocatoria está abierta y la periodicidad. De la mano con la organización recomendada para los/as becarios/as, apoyado en el tiempo de escritura, fecha de publicación y el tipo de contenido

sustentado en la titulación, enfoque, evolución y ejes que atraviesan lo desarrollado en la producción.

Con estas bases fundamentales, la producción y edición del original también acarrea otras consideraciones: como es la definición de una estructura, previo a comenzar la escritura (teniendo en cuenta que el texto científico-académico es técnico y organizado), el considerar la extensión y el máximo cuidado respecto al autoplagio, la referenciación con textos y recursos pertinentes y actuales -idealmente de menos de 10 años de antigüedad-, y la importancia de contar con un lector testigo.

Con este complejo proceso ya avanzado, explicó Ruiz, es posible pensar en la instancia de publicación. Como se dijo anteriormente, conocer en profundidad la revista donde se busca publicar es importante, teniendo en cuenta sus normas de escritura, política editorial, sistema de citación, entre otras aristas. También se hace necesario ajustar metadatos como el nombre del autor o autora -recomendando mantener siempre el mismo entre publicaciones-, el correo electrónico institucional, la afiliación por extensión y el ORCID (código alfanumérico, no comercial, que identifica de manera única a científicos y otros autores académicos).

Junto a aquello, una titulación clara y precisa, y de ser necesaria compuesta, más un resumen detallado y concreto, que dé cuenta de cada aspecto importante del artículo. Se suman palabras claves pensando en una eventual búsqueda, y una particular energía en que el apartado de conclusiones sea lo que se luzca.

Un aspecto primordial es la declaración de originalidad, mientras que mantenga la cesión no exclusiva de derechos. La cesión no exclusiva es importante para que la autoría quede en manos de quien realizó el proceso y siga teniendo poder sobre la obra. En caso que la cesión presente otro tipo de implicancia, se recomienda buscar otras opciones.

Con estos pasos desarrollados se puede preparar la versión anonimizada del archivo, aspecto que garantiza la lectura y evaluación doble ciego. Una vez cumplido estos pasos, resta el seguimiento para verificar la aprobación del artículo y la posibilidad de realizar correcciones.

En la segunda parte del taller, Gabriel Merino compartió 8 consejos a seguir para pensar en la producción del texto científico.

 

  1. Orden de la investigación: el orden de la investigación no es equivalente al orden de la presentación, tienen distintos fines. El orden de la investigación atañe justamente, al proceso de investigación, mientras que el orden de la presentación debe pensarse en función de la comunicabilidad y fundamentalmente de un otro/a que debemos imaginar como lector de nuestro trabajo. Debe ser claro y presentado de la forma más sencilla -no necesariamente cronológica- para que sea aprehensible para quienes comparten la presentación.
  2. Existe una estructura mínima: introducción, desarrollo y conclusión. Es importante dejar claro el recorrido desarrollado, junto con la tesis enunciada y la hipótesis que se pretende contrastar. En este tipo de textos es preferible ser claro que ser literario. Se pueden utilizar apartados o subtítulos que guíen la lectura. El cierre es el tiempo y lugar del texto que permite incorporar magia: la instancia clave para dar a entender los resultados y dejar una puerta abierta a próximas

publicaciones.

  1. Bibliografía: está delimitada. La metodología y el apoyo teórico no debe representar una serie de casilleros a llenar, sino que debe ser el sustento sobre el cual desarrollar el aporte. Debe ser pensada en base al armado de un corpus, considerando con quien debatir y a quien apuntar. Es fundamental tener una administración moderada de la autocita si ya se cuenta con un recorrido en publicación.
  2. Evaluación de revistas: es necesario contar con referencias, jerarquizar e ir paulatinamente avanzando hasta la selección de la revista más pertinente para publicar. Una buena forma de avanzar en el proceso de exposición y/o publicación, es realizar primero una nota, luego complejizar y convertirla en ponencia y finalmente llevarla a un artículo o paper. El dossier de revistas es una herramienta útil para conocer opciones disponibles.
  3. Considerar utilizar producciones: trabajos, ensayos, entre otros, en miras a posibles publicaciones futuras. Esto es útil ya que ya poseen un proceso de evaluación. Para quienes estén en instancia de posgrado, Merino recomendó evitar la realización de trabajos sin relación al tema que atravesara la tesis.
  4. De una tesis pueden nacer 2 o 3 artículos: cada uno debe auto sostenerse en base a una pregunta, objetivos, y demás instancias propias.
  5. Nunca se comienza con la hoja vacía: es errónea la idea de un comienzo de foja cero y bajo el influjo de la “musa inspiradora”. Se comienza con notas de investigación, apuntes, citas recuperadas, y demás puntapiés iniciales que pueden catalizar la redacción. Si está claro lo que se quiere decir, el cómo es contingente.
  6. La relectura es clave: debe darse de forma permanente a lo largo del proceso de producción. Así como también contar con colegas que lean y provean de perspectivas propias a la evaluación del trabajo.
  7.  

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Publicado

2023-09-27

Cómo citar

Larralde, L., & Aberastegui, A. (2023). Comunicación de la ciencia: Investigamos y queremos contarlo. Estrategias y prácticas de comunicación de las ciencias . Investigación Joven, 10(3), 614–615. Recuperado a partir de https://revistas.unlp.edu.ar/InvJov/article/view/15374