Ante la profundización del cientificidio, más unidad y acción

2024-06-28

La política de destrucción que el oficialismo lleva adelante en relación con el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SNCTI) no se detiene. En poco más de seis meses, incluso los peores pronósticos se han cumplido. El cientificidio, sobre el que advertimos en declaraciones previas, avanza implacablemente. Algunos de los impactos en tres de las innumerables áreas afectadas se resumen a continuación en: a. presupuesto y funcionamiento general; b. equipamiento, infraestructura y grandes proyectos; c. trabajadores y trabajadoras del sector.

Presupuesto y funcionamiento general: i) incumplimiento de la Ley 27.614 de Financiamiento del SNCTI, aprobada por unanimidad en el Congreso en 2021, y subejecución del magro presupuesto asignado al área (por ej., la Sec. de Innovación, Ciencia y Tecnología ejecutó a la fecha menos del 2% del presupuesto asignado); ii) incumplimiento de la ley 27.738 que establece el Plan 2030 de CTI, aprobado por amplia mayoría en el Congreso en 2023; iii) desjerarquización del MINCyT del rango de ministerio al de subsecretaría; iv) reducción de instrumentos de promoción de la CyT; v) paralización de organismos y dependencias imprescindibles para el funcionamiento general del SNCTI, como el Registro de Organismos y Entidades Científicas y Tecnológicas (responsable de la tramitación de exención impositiva para la importación de bienes e insumos) y la Agencia I+D+i, cuyo directorio renunció en su totalidad en abril en rechazo a las políticas oficiales; vi) riesgo de discontinuidad de funcionamiento de organismos de CyT y universidades, por dificultades extremas para el pago de servicios (luz, agua, gas, limpieza y seguridad); vii) deterioro de condiciones edilicias por demoras y cortes en pagos de servicios y obras de mantenimiento.

Equipamiento, infraestructura y grandes proyectos: i) deterioro o parálisis de equipamiento CyT, en particular grandes equipos como la supercomputadora Clementina XXI del Servicio Meteorológico Nacional instalada en 2023; ii) inicio de paralización de grandes proyectos nucleares, como el CAREM y el reactor multipropósito RA10; iii) vaciamiento del programa Prohuerta del INTA; iv) paralización de obras de infraestructura ya iniciadas o comprometidas en el marco del programa “Construir Ciencia”; v) paralización e incumplimiento de compromisos asumidos con el programa “Equipar Ciencia” para la adquisición de equipamiento CyT; vi) cierre de sedes de organismos como el INTI, al que le recortaron significativamente su extensión territorial a lo largo del país; vii) paralización de grandes proyectos del sector aeroespacial, como el lanzador satelital; viii) desarticulación del Programa Pampa Azul, imprescindible para la soberanía argentina en el Atlántico Sur y la Antártida, ix) paralización de proyectos en biomédica, como el Programa de Referencia y Biobanco Genómico de la Población Argentina (PoblAr) y los proyectos de fortalecimiento para la salud en territorio del COFECyT, desfinanciamiento del ANLIS Malbrán y desarticulación de la Ag. Nac. de Lab. Públicos (ANLAP).

Trabajadores y trabajadoras del sector: i) agravamiento del atraso salarial en investigadores de organismos CyT y docentes universitarios, provocando en este último sector un desgastante conflicto con pérdida de clases; ii) cientos de despidos vía rescisión de contratos en diferentes instituciones del SNCTI; iii) brutales recortes en becas del CONICET: un 54% menos en las doctorales (de 1300 a 600), y casi un 40% menos en las posdoctorales (de 800 a 500), interrumpiendo la cadena de formación de recursos humanos altamente calificados y favoreciendo la fuga de cerebros; iv) anuncio de un recorte inicial de un 30% del personal de planta en organismos como el INTI; v) veloz pérdida de trabajadores altamente calificados en instituciones como CONAE; vi) persecuciones ideológicas, como la baja de artículos científicos de repositorios institucionales e intromisiones en la Administración de Parques Nacionales, con la prohibición de la celebración de festividades de pueblos originarios, violando derechos constitucionales.

Lamentablemente, todo indica que no hemos tocado fondo. La aprobación de la Ley Bases en el Congreso de la Nación otorga al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias para avanzar en el cientificidio. Todos los diputados y senadores que aprobaron en general esta ley y los que en particular apoyaron los artículos de la Reforma del Estado son cómplices de esta destrucción. La inclusión de las instituciones del SNCTI en la cláusula que imposibilita su disolución total, no es suficiente. Se puede destruir un organismo sin “disolverlo”. En el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), por caso, se clausuraron gran parte de sus sedes y el organismo dejó de existir en una parte considerable del país y sus competencias se redujeron considerablemente.

Se vienen tiempos extremadamente duros para la ciencia y la tecnología, dentro de un panorama sombrío para el país. El cientificidio que está llevando a cabo el gobierno tiene un objetivo muy claro: eliminar de raíz las capacidades acumuladas por el sector, como parte de su proyecto de destrucción del Estado. En este marco, debemos señalar la responsabilidad de las autoridades en ejercicio, tanto a nivel central como en cada organismo. En particular, Daniel Salamone (presidente del CONICET), Paula Nahirñak (subsec. de CyT) y Sandra Pettovello, responsable máxima de la política hacia a las universidades. Estos funcionarios deben renunciar por incumplimiento de las leyes y ejecución de políticas de destrucción de las capacidades nacionales.

En diciembre de 2023 anticipamos lo que sucedería, hoy podemos prever lo que vendrá con la reglamentación de la nefasta Ley Bases. Está todo dicho en el cuerpo normativo y en boca de los personeros del oficialismo: desmembramiento de organismos, reducción de funciones, retiros “voluntarios”, cierre de delegaciones, paralización de proyectos, desfederalización, entre otras políticas de desguace. Esto es una profundización de lo que venimos sufriendo en los últimos meses. Se trata de daños estructurales, difíciles de revertir en el corto y mediano plazo, que afecta a generaciones enteras y a la matriz productiva del país y, por lo tanto, a su desarrollo y soberanía.

Avanzar en la unidad operativa –no solo de concepción o declarativa– es imprescindible. Será clave articular entre: i) todas las organizaciones del sector CyT (la Mesa Federal por la CyT nació con esa misión); ii) la Red de Autoridades de Instituciones de Ciencia y Tecnología (RAICYT) y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN); iii) los sindicatos del sector de CyT y de las universidades nacionales; iv) las centrales sindicales, los movimientos de la economía popular, estudiantiles y otras organizaciones sociales; v) legisladores, integrantes del poder judicial, autoridades provinciales y municipales que rechacen el cientificidio; vi) sectores empresariales preocupados por el daño al SNCTI; vii) el periodismo en general y el científico en particular; viii) el apoyo internacional, tanto de la comunidad CyT como de organismos de Naciones Unidas, entre otros.

Es imperioso una reunión entre todos estos actores a fin de constituir una instancia de articulación y coordinación de acciones para fortalecer la unidad y establecer un plan de lucha que nos permita dar la batalla con mayor eficacia que la lograda hasta ahora.

Mesa Federal por la Ciencia y la Tecnología

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